A quienes están cerca del poder, la memoria los traiciona y la
realidad les enoja. No cuentan con la objetividad suficiente para
entender por qué no pueden perpetuarse en el poder, ni por qué la gente
que le sonríe al puesto y no a sus personas, está cansada de
aguantarles. El caso de Luisa Calderón presenta aristas de una propuesta
agotada, de una dinastía que no llegó a ser y la repetición de un
examen reprobado en tierras michoacanas.
SUEÑOS DE OPIO
El discurso -gratuito y sin sustento- que trata de excusar la derrota
en la supuesta intervención del crimen organizado, le hace perder de
vista que eran más las razones para no imponerse como candidata, que las
que la pudieran llevar a la silla de gobierno. Pero aún así, fue
beneficiaria de un acto dedocrático, instrumentado por incondicionales
que no requieren de instrucción directa.
Las encuestas son la mejor forma de engañarse a sí mismo, y más
cuando son pagadas por el suspirante. En tanto que la sociedad mexicana
avanza suficientemente para lograr la madurez de sostener sus
convicciones, sin que parezca razonable sumarse ciegamente a la
borregada, seguirán haciendo negocio los vendedores de cargadas
estadísticas, los diseñadores de muestras sesgadas, sí, los profetas por
encargo.
Sin embargo, parece poco serio el tratar de denostar al vencedor,
cobijándose en un comando particular pagado con recursos públicos, y
bajo el fuero informal que provee el derecho de picaporte en Los Pinos.
Los albicelestes suelen considerar valiente el abusar de las
prebendas que da el poder. Sin embargo, visto a la distancia, su actuar
se verá como algo inadmisible que -tarde o temprano- quedará prohibido
en ley.
Fueron tantas décadas de oposición, que llegar a la oficina, leer
insufribles discursos o viajar a ceremonias oficiales les parece
valentía. Envolverse en buenos deseos, sin resultado que rendir, les
hace pensar que han encontrado lugar en la historia, siendo lo real que
no son sino pasajeros bravucones que serán medidos por lo que hicieron y
no por lo que dijeron.
Cuando estén fuera de la residencia oficial se darán cuenta que los
valientes son los que aportaron sangre, los secuestrados o quienes lo
han perdido todo en este negro episodio de la historia. Los gobernados
son quienes han tenido la valentía de soportar a un equipo de
improvisados.
Debemos ser claros y señalar que la calidad de autoridad no se
transmite por parentesco, ni se irradia por cercanía afectiva. Quienes
se vuelven usufructuarios de escoltas y atenciones de la alta
burocracia, más por servilismo que con sustento en ley, se olvidan que
su actuar ofende a la sociedad e infringe la norma. No obstante, se
agravian cuando no son tratados como familiares de monarcas o
dictadores, cuando sus caprichos no se cumplen o cuando no les favorece
el voto popular.
La ex senadora, que será impuesta en lista plurinominal, no sólo
perdió la elección, sino también el estilo, al no saber aceptar una
derrota, un resultado infinitamente más creíble y apegado a derecho que
el que colocó a su hermano en la silla presidencial. Perdió dos veces.
Nadie rebatirá la pataleta, pero ello no la vuelve real, aunque el
titular de la SEGOB agradezca el inmerecido nombramiento haciéndole
segunda.
LA VERDAD NO PECA...
Antes de emitir sentencias, sin contar con facultades legales para
ello, así como antes de lanzar bravatas sin aportar prueba alguna sobre
ligeros dichos, sería conveniente para la candidata que llegó en segundo
lugar que valore los hechos siguientes:
•El número de guaruras con rango y agentes secretos en su entorno,
impedían que la gente se acercara, haciéndola distante e inaccesible.
•La falta de cargos que acreditaran capacidades administrativas flotó
en campaña, sin que fuera necesario armar discursos sobre el tema.
•El amable “no gracias” de Elvira Quezada, que daba clara muestra de
que ni adentro se la habían creído, y que un hueso federal por un año,
no valía ser canjeado por la expectativa de una secretaría estatal por
tres años.
•El michoacanazo, que fue muestra de que se les da hacer acusaciones
sin poder demostrarlas en tribunales, lastimando injustamente, no sólo a
funcionarios sino a sus familias.
•El hacerse acompañar por funcionarios que -de dientes para adentro- la población señala por ineptos, corruptos e incompetentes.
•Un paso ignorado e infructuoso por el Senado de la República, no
abonó en hacer creíble un amor por la tierra chica, a la que no se le ha
aportado en los hechos sino trifulcas, bravatas y promesas sin cumplir.
•El paso por espacios públicos, en el que más de un michoacano fue
vejado y atropellado por los cuerpos de seguridad de la dignataria sin
cargo. Tal molestia pasaba de boca en boca, aunque no se reflejara en
las encuestas.
•La preocupación, que parecía más amenaza, de que se llenara al
estado de la cuatecracia característica de los prosélitos de la divisa
azul.
•La aterradora promesa de que se replicara la fracasada estrategia federal a nivel estatal en materia de seguridad.
•Los notorios apoyos negados por dependencias federales, que
aparecían en personajes que pedían anonimato, armados con “tarjetitas”
de plástico.
•El pleito soterrado con las huestes de Diego.
•La desintegración familiar, de una feroz creyente.
•La residencia resbaladiza de los seres queridos.
•La forma en que arrolló al candidato natural, que tuvo que conformarse con aspiración a un municipio.
•Los señalamientos sin aclarar de las inversiones que -a su amparo-
hizo la familia y parientes de Vega Casillas, particularmente en la zona
contigua en Lázaro Cárdenas.
•La poca seriedad con que se integró la diputación federal albiceleste, donde privó el capricho y la incondicionalidad.
•La conformación de una Corte a modo en sustitución de la estructura partidaria en el Estado.
Estas son sólo algunas de las circunstancias que habría que
considerar antes de pensar que fue el crimen organizado el que determinó
el resultado, ya que en todo caso, sería una preocupación que la debió
de ocupar desde Sinaloa, donde su partido obtuvo el triunfo o en todos
esos estados del Pacífico donde el PAN o sus aliados han obtenido
constancia de mayoría.
Le guste o no, deberá abocarse primero a los municipios ocupados por
el crimen organizado en tierra caliente en los que sus pajes, obtuvieron
presidencias municipales, sí, en esas localidades sujetas a escrutinio
de las fuerzas armadas desde hace años, o, a la casualidad de que se
desplegara un operativo federal en La Piedad en donde acabó “ganando” su
partido.
Antes de lanzarse a una cruzada y combate que nadie le encargó, en el
estado que le quedó grande, sería bueno que empezara con esos
municipios complicados en los que llegó el PAN, seguramente por acuerdos
de los que le dice le preocupan.
En todo caso, su dicho y despropósito sugieren que ella está tan sólo
tres puntos abajo en la preferencia del crimen organizado, o peor aún,
que el crimen organizado no la apoyó suficientemente. Sostiene en su
defensa, que también ahí derrota el crimen organizado a los Calderón.
Para el mentado crimen organizado pareciera que resulta más cómodo un
gobierno como el federal, que simple y sencillamente no ha podido con
el paquete y que a unos meses de la entrega, sólo ha encarado la derrota
ante el tráfico de sustancias prohibidas y armas, por lo que la hermana
pudiera representar tres años más de recreo sin penas, ni cárcel.
MORENA
Mientras que López Obrador bautiza forzadamente a sus huestes,
apelando al color mestizo de esta tierra y aludiendo a uno de los
símbolos más enraizados de nuestra Nación, la virgen de Guadalupe, a la
hija de Calderón Vega le hace sufrir el color de su tez. Prefiere que la
engañen y le hagan pensar que algo de claridad hay en su piel, y se
hace llamar “Cocoa”.
No es difícil entonces que quiera que todo un estado sueñe lo que
ella quiere y los invita a creerse una fantasía de encuesta. Los medios
de comunicación que le son afines, empezaron a compartir la frenética
teoría de que estaba creciendo velozmente, pero la cruda llegó de manera
aplastante.
La experiencia de varias campañas de Vallejo, no lo hizo caer en la
tenebra de alguna encuestadora que le decía que sería de mala suerte no
tenerla cerca. Menos le preocupó cuando la supuesta ventaja en las
preferencias se sostenía en el oráculo norteño.
La confianza invadió al equipo que promocionaba a la pariente
presidencial. Se hacían despachando en palacio. Quedará para la
posteridad, el sello que -el día de la elección- presentaba la imagen
que se había diseñado para la papelería de quien nunca gobernará.
La patria, ordenada y generosa, que conocía el talento del hermano ya
le había colocado en segundo lugar, y un día que parecía un buen día,
en efecto lo fue, para recordarle que los apellidos gustaban a los
michoacanos para casi llegar, pero no para gobernar.
Salió a votar más de la mitad del padrón, en un estado dominado por
una fuerza política experta en plantones y manifestaciones, pero no en
administrar. Se puede decir de todo, pero no que hubo indolencia para
evitar que la autonombrada “Cocoa”, pudiera colarse en un empate que se
magnificara en instancias electorales.
No obstante, en la noche de la verdad, se apeló nuevamente a un medio
punto porcentual, que ya los magistrados habían visto en 2006,
presionados por los factores reales del poder que les hicieron llegar al
cuestionado tribunal.
El michoacano, que sufre el doble embate de tener un gobierno federal
azul y uno local amarillo, dijo basta. Saben que aunque la policía
secreta calderoniana sigue diciendo que los delitos son del fuero local,
los delincuentes detrás del homicidio, secuestro, extorsión, fraude y
demás emblemas del reinado actual, son los cárteles, que diariamente se
pitorrean de la autoridad federal. Sí, son hechos imputables a la
delincuencia organizada del fuero que empezó la guerra sin fin.
El fraude electoral no encontró terreno fértil, y ahora los
albicelestes pedían voto por voto. El ausente Maderito, rehuyó la
posibilidad de encontrarse a Moreira, y, prefirió seguir en el D.F.
armando cortinas de humo sobre falsificaciones que hoy enarbola él que
no pudo armar un solo expediente en decenas de acusaciones del
michoacanazo.
El candidato del PRD tuvo en su contra casi el setenta por ciento de
los votantes y la novel aspirante en el mundo de la administración, casi
el sesenta. Así es la democracia, gana el que más votos tiene, sin que
necesite el reconocimiento de quienes respiran por una herida electoral.
Hoy, para autonombrarse demócrata, hay que hacer dos reflexiones.
Primero, habría que hacer una llamada para felicitar al ganador como se
hizo en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Llamada que ya tardó, porque antes se
hizo cuando el conteo se cerró oficialmente. Segundo, hay que darse
cuenta que la dedocracia a ningún lugar conduce. No sería bueno repetir
el desatino con Cordero, para después pedir que la elección se repita.
NOMBRAMIENTOS CON MENSAJE
Por todos es sabido que Blake tenía preferencia, y era Vázquez Mota.
En tiempo infortunado ese peso se disipó entre la niebla. Atrae la
atención que en lugar de sustituir al funcionario por alguien con igual
filia, se entregue a un personaje con trayectoria vaporística, que
creció como la espuma y con la misma velocidad caerá, pero que tira
para el lado contrario.
El bateador emergente, Poiré, tiene una clara afinidad por el ahijado
de la dedocracia, y es correligionario con doctorado en arrogancia sin
sustento, como el mismísimo Cordero, que vocifera desde la profundidad
de su diez por ciento a los que le doblan, triplican o multiplican
preferencia electoral.
¿Será acaso que la dedocracia encontró una nueva vía para aprovechar
los tres meses que restan, para ungir a un candidato que se colgará de
una meteórica tendencia pagada a tras mano? ¿Veremos la película dos
veces?
En tanto, se comprende la rabiosa tendida de cortinas de humo. Digan
lo que digan, todas las apuestas Moreira se las ha ganado. Una por una,
ha cerrado la gran boca del partido oficial, de la rampante y voraz
ineptocracia que bajo un manto de impunidad viene haciendo negocios
multimillonarios, mientras sólo hay procuración de justicia para la
oposición.
Dice Poiré que este sexenio está marcado por un ímpetu reformador,
confundiendo la realidad con los deseos. Su fantasioso discurso
preocupa, especialmente dado que no queda claro que realmente pueda
distinguir los diagnósticos de los resultados.
Aunque seguramente se servirá de los colaboracionistas sembrados en
el PRD y en el PRI, que le ha heredado Gil Zuarth, todo parece indicar
que más que empezar, debiera estar cerrando un proceso parlamentario
estéril y desesperanzador.
Por Gabriel Reyes Orona. Revista Impacto.
http://revista.impacto.mx/Pol%C3%ADtica/1018-El-Cocoazo