Ante el Presidente, el cardenal Norberto Rivera se congratuló de que
en México exista una “sana separación” entre el Estado y la Iglesia
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de
diciembre.- El presidente Felipe Calderón Hinojosa, acompañado por su
esposa Margarita Zavala y por sus tres hijos, participó en la Basílica
de Guadalupe en el Triduo de la Oración por la Paz y la Reconciliación
en México, que organiza la Iglesia católica en contra de la violencia.
El primer mandatario asistió a la misa
que ofició el cardenal Norberto Rivera Carrera, con lo cual iniciaron
los tres días de rezo para que se frenen las actividades del crimen
organizado en país y a los cuales también se unirán ministros de culto
de otras religiones.
Durante las peticiones de la celebración
litúrgica, Margarita Zavala subió al altar y dio a conocer las
peticiones de la familia del Presidente para que México supere las
adversidades de la delincuencia.
“En nuestra familia hemos preparado esta
petición: te pedimos Señor por nuestro querido México. Dale a tu pueblo
mexicano la paz, la esperanza, la justicia y la caridad que tanto
necesita.
“Toca con tu amor el corazón de los violentos, y danos fortaleza,
sabiduría y humildad a todos para poder cumplir con nuestro deber, ayuda
en especial a los más pobres y enséñanos a ser sus verdaderos hermanos.
Protege a tu pueblo, tómalo de la mano y llévalo a la tierra que le
tienes prometida. Oremos”, señaló la primera dama del país.
Ante el presidente Felipe Calderón Hinojosa, el cardenal Norberto
Rivera se congratuló de que en México exista una “sana separación” entre
el Estado y la Iglesia, ya que así cada entidad puede hacer lo que le
corresponde para alcanzar la paz.
Rivera Carrera reafirmó su confianza tanto en el poder de la oración,
como en el amor y la ternura de Cristo hacia sus hijos, como elemento
indispensable para alcanzar la paz.
A lo largo de la misa, el presidente Calderón Hinojosa, quien vestía
pantalón gris, saco azul marino y camisa blanca sin corbata, permaneció
serio y de pie o sentado, dependiendo del momento de la ceremonia
litúrgica.
En la homilía, el cardenal Rivera repitió más ampliamente la idea que
había señalado al principio y señaló que, desde su punto de vista, la
situación que vive México se debe a que como nación nos hemos separado
del camino que marca la fe católica.
Dijo que afortunadamente en México existe la separación entre la
Iglesia y el Estado, y que este último tiene la legítima facultad de
hacer respetar las leyes, así como el poder coercitivo para
garantizarlas, mientras la primera está dedicada a salvar las almas.
El Ejecutivo federal y su familia escucharon con atención estas
palabras y sólo de vez en cuando el presidente intercambió algún
comentario en voz baja con su esposa.
En el momento de las peticiones, la señora Margarita Zavala subió
para tomar el micrófono y plantear, a nombre de su familia, su petición.
Antes, otra de las personas que subió a presentar sus peticiones rogó
a Dios por que iluminara al presidente de la República, con el objetivo
de que ejerza con justicia el poder en favor de los mexicanos y de
México.
Tanto el gobernante como su esposa recibieron del cardenal la hostia para comulgar.
El menor de los hijos de Calderón, quien vestía pantalón obscuro y
una guayabera azul claro al igual que su hermano, se colocó entre sus
padres, mientras que sus hermanos permanecieron a la izquierda del
mandatario y de vez en cuando intercambiaban comentarios en voz baja.
Con información de Notimex
Héctor Figueroa Alcántara
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