Los expertos de la OTAN ven sus ambiciones satisfechas, desean que
más de 140 de las 194 naciones del mundo sean sus integrantes o socios.
De esta manera, sus tropas, maquinaria militar y bases aéreas o de otro
tipo permitirán al bloque dominado por Estados Unidos llevar a cabo
acciones en casi cualquier parte del mundo, como las estrategias
militares que Israel ha estado preparando en Rumania, Grecia y la base
aérea de la OTAN en Cerdeña para ataques en contra de Irán. La idea es
cercar a Rusia por un lado y a China por otro, para desplazar el
conflicto en tierras de sus países satélites, muy lejos de sus fronteras.
Desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
adoptó su primer concepto estratégico para el siglo XXI, en enero de
2011 en Portugal, y casi se terminó de formalizar el bloque como una
fuerza global de intervención militar, la discusión se ha extendido
sobre una asociación colectiva con la Unión Africana de 54 naciones, una
“mini OTAN” en el Golfo Pérsico y otra en el Océano Ártico y el mar
Báltico, la culminación de la transformación del Mediterráneo en un mar de la Organización y la otanización efectiva de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por su sigla en inglés) con 10 países.
La alianza militar dominada por Estados Unidos −cuyo actual
embajador estadunidense, Ivo H Daalder, ha abogado durante años por
convertir a la OTAN en toda regla−, se expandió desde los 16 hasta 28
integrantes de pleno derecho en la década que comenzó en 1999, y ahora
tiene 40 socios en cuatro continentes más allá de la zona Euro-Atlántica
bajo los auspicios de los programas de la Asociación por la Paz en
Europa y Asia, el Diálogo Mediterráneo en África y Oriente Medio, la
Iniciativa de Cooperación de Estambul en el Golfo Pérsico, el formato de
País de Contacto en la región del Pacífico asiático (Australia, Japón,
Nueva Zelanda y Corea del Sur), Programas Nacionales Anuales con Georgia
y Ucrania, la Comisión Tripartita Afganistán-Pakistán-Internacional de
las Fuerzas de Asistencia de Seguridad, el Consejo OTAN-Rusia, la Misión
de Entrenamiento de la OTAN en Irak y la Misión de Entrenamiento de la
Organización en Afganistán (con la versión libia que viene a
continuación), un acuerdo bilateral con el gobierno de transición
federal en Somalia, donde la Organización ha aerotransportado miles de
tropas de Burundi y Uganda para las guerras locales, y otros acuerdos.
La asociación formal con la Unión Africana y la ASEAN daría al
único bloque militar en el mundo 50 nuevos seguidores en África
(Argelia, Egipto, Túnez, Mauritania y Marruecos, este último no es
integrante de la Unión Africana sino del Diálogo Mediterráneo) y 10 en
el Sureste asiático: Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia,
Birmania, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Aparte de esto, en septiembre de 2011, el representante
estadunidense permanente de la OTAN, H Daalder, indicó a los periodistas
de India (que visitaban el cuartel general de la Alianza en Bruselas):
“Pienso que es importante tener un diálogo [con India] y profundizar en
éste. Es a través del entendimiento de las percepciones de cada uno y
quizá al trabajar en las áreas erróneas que puedan existir, como
podremos reforzar las relaciones entre India y la OTAN”.
También sugirió abiertamente que el país, integrante fundador del
Movimiento no-Alineado (de 120 naciones), debería de abandonar su
política de neutralidad y colaborar con Estados Unidos y la OTAN en el
desarrollo de un sistema internacional de intercepción de misiles.
En artículos escritos durante la década pasada, incluido el nombrado OTAN global,
Daalder y sus compañeros funcionarios del Consejo e Institución
Brookings de Asuntos Exteriores discutieron la asociación del bloque con
otras naciones bajo el concepto de Daalder de una alianza de Estados
democráticos y otros mecanismos. Los países son Australia, Botsuana,
Colombia, Costa Rica, India, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Suráfrica y
Corea del Sur.
Inmediatamente después de la cumbre de la OTAN, en Lisboa, Daalder
expresó: “Lanzaremos la OTAN 3.0. No se limita ya a Europa, no es una
alianza global pero es un actor global. Tenemos que buscar oportunidades
de trabajo con países con los que no habíamos trabajado con
anterioridad como India, China y Brasil”.
En octubre de 2011, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh
Rasmussen, indicaba en un video puesto en su blog: “Deberíamos de llegar
a nuevos y más importantes socios, incluidas China e India”.
Con la OTAN como primer jugador y al mando. Añade: “Deberíamos de
impulsar las consultas entre los socios y aliados interesados en los
asuntos de seguridad de interés común, con la OTAN como centro de esas
discusiones”.
En septiembre de 2011, indicó a la agencia de noticias china
Xinhua: “Me gustaría mucho ver un diálogo entre China y la OTAN”. China e
India estaban entre las 47 naciones representadas en la reunión en el
cuartel general de la OTAN, el 14 de septiembre de 2011, para discutir
las operaciones navales en el Golfo de Adén y más allá en el Océano
Índico, donde la Organización lleva a cabo la operación Escudo del
Océano. Otras naciones ajenas a la OTAN presentes fueron Australia,
Egipto, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Rusia,
Arabia Saudita, Singapur, Corea del Sur, Suecia y los Emiratos Árabes
Unidos. Al mismo tiempo estos dos últimos proveían de planes de guerra
para la operación Protector Unificado de asalto contra Libia.
Si los expertos de la OTAN ven sus ambiciones colmadas, más de 140
de las 194 naciones del mundo serán sus integrantes o socios. Sus
tropas, maquinaria militar y bases aéreas o de otro tipo permitirán al
bloque dominado por Estados Unidos llevar a cabo acciones en casi
cualquier parte del mundo, como las estrategias militares que Israel ha
estado preparando en Rumania, Grecia y la base aérea de la OTAN en
Cerdeña para ataques en contra de Irán.
Con cada nación del continente europeo y cada nación insular
europea, a excepción de Chipre, integrantes ahora, o socios de la OTAN y
con la Alianza firmemente instalada en África, Oriente Medio y el
Océano Índico, Estados Unidos y sus aliados occidentales están
concentrando su fuerza de fuego en el Sureste asiático.
La guerra de Afganistán va por su undécimo año y le ha dado a la
OTAN la oportunidad de integrar a los militares de 15 países de Asia y
el Pacífico (incluido Oriente Medio y el Sur del Cáucaso en esta
categoría) mediante el suministro de tropas y otro personal militar a
las Fuerzas de Asistencia para la Seguridad Internacional de la OTAN:
Armenia, Australia, Azerbaiyán, Bahréin, Georgia, Japón, Jordania,
Kazajistán, Malasia, Mongolia, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur,
Tonga, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos. Todos éstos menos Bahréin y
Japón son a lo que el bloque se refiere como “naciones aportadoras de
tropas”, de las que Kazajistán será la número 49, con su parlamento que
impide, temporalmente al menos la formalización de dicho estatus.
Antes de su fallecimiento en 2011, el representante especial de
Estados Unidos para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, reclutó a
Bangladesh para convertirla en el quincuagésimo suministrador oficial de
tropas para la guerra de la OTAN en Afganistán.
El actual secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta,
terminó recientemente un viaje de ocho días a Asia, la primera visita
como jefe del Pentágono, en la que visitó Indonesia, Japón y Corea del
Sur.
En el primer tramo de su viaje se reunió con los ministros de
Defensa de 10 integrantes de la ASEAN. Indonesia se apropia este año de
la presidencia de la organización. En 2013, será transferida a Camboya
donde, mientras Panetta estaba en el Sureste asiático, su asistente,
diputado y secretario de Defensa para el Sur y Sureste Asiático, Robert
Scher, estuvo dos días de visita para consolidar las relaciones
militares con la nación anfitriona, y donde el Ejército de Estados
Unidos en el Pacífico ha dirigido los ejercicios militares Centinela
Angkor, los últimos dos años. Xinhua citó al funcionario del Pentágono:
“Es una visita fructífera. He participado en una serie de productivos
encuentros con el ministro de Defensa de Camboya y de las Reales Fuerzas
Armadas de Camboya [RCAF] para discutir el crecimiento de las
relaciones con Estados Unidos”.
También indicó que había “discutido acerca de los objetivos de Camboya de cara a la toma de la presidencia de la ASEAN, en 2012.
“El Departamento de Defensa de Estados Unidos está comprometido a
seguir trabajando con las RCAF en el desarrollo de una fuerza
profesional que contribuirá a la paz y la estabilidad regional e
internacional” y “la responsabilidad general de Estados Unidos es
aumentar el compromiso con la región de Asia y el Pacífico en el
futuro”.
Mientras estaba en Indonesia, se permitió la hipocresía de
identificarse como “un hijo de la costa del Pacífico de Estados Unidos”
(puesto que creció en California), igual que su comandante en jefe, el
presidente Barack Obama que nació en Hawái, quien se vende a sí mismo como el primer jefe de Estado estadunidense del Pacífico.
Se encontró con el Ministro de Defensa indonesio, Purnomo Yusgiantoro, de acuerdo con el blog Barras y Estrellas
“para discutir el crecimiento de las relaciones militares bilaterales y
ensanchar las del Sureste asiático […] Al tratar entre otras cosas las
crecientes pretensiones de China en un área que considera su patio trasero”.
Añadió que, “he dejado bien claro que Estados Unidos continúa siendo
una potencia en el Pacífico, que seguiremos reforzando nuestra presencia
en esta parte del mundo y seguiremos siendo una potencia en esta
región”.
Más tarde en Japón, el jefe del Pentágono expresó a las tropas
estadunidenses en la base aérea de Yokota, cerca de Tokio: “No estamos
anticipando recortes en esta región. Si acaso reforzaremos nuestra
presencia en el Pacífico”. Dos semanas antes, la secretaria de Estado,
Hillary Clinton, habló en el mismo sentido: “Probablemente las mejores
oportunidades en los años venideros se hallarán en la región del
Pacífico asiático, que es por lo que hemos renovado el liderazgo y el
rol de preeminencia de Estados Unidos allí”.
En julio de 2010, Clinton asistió al Fórum Regional de la ASEAN en Hanói, Vietnam, y saltó a la palestra
en las disputas entre los Estados integrantes de la ASEAN y China sobre
las islas Spratly y Paracel, en el Mar del Sur de China, al comprometer
a Estados Unidos como tutor de la ASEAN frente a China. El encuentro de
Panetta con sus 10 homólogos de la Asociación confiere un claro
componente militar al compromiso.
Mientras en Japón el secretario de Defensa celebraba el medio siglo
de colaboración militar estadunidense-japonesa consagrada en el Tratado
de Cooperación Mutua y Seguridad entre Estados Unidos y Japón, de 1960:
“Y así será también durante los próximos 50 años”.
Panetta expresó también a las tropas de Estados Unidos y Japón:
“Acabo de tener la oportunidad de estar en Indonesia y reunirme con los
ministros de defensa de la ASEAN. Y les transmití el mismo mensaje:
Estados Unidos seguirá trabajando con todos ellos para mejorar nuestra
cooperación, nuestra ayuda, y asegurar que fortalecemos la seguridad
para todas las naciones de la región del Pacífico”.
El Sureste asiático tiene una población aproximada de 600 millones,
dos terceras partes de la del hemisferio occidental y casi tres cuartas
partes de Europa. Posee una de las líneas marítimas más vitales del
mundo, el Estrecho de Malaca. Éste atraviesa unas 600 millas, unos 960
kilómetros entre Tailandia, Malasia y Singapur hacia el Este y la isla
indonesia de Sumatra al Oeste. De acuerdo con la Organización Marítima
Internacional de Naciones Unidas, al menos 50 mil barcos pasan cada año a
través de esta vía, y transportan el 30 por ciento de las mercancías
con las que se comercia en el mundo, incluido el petróleo del Golfo
Pérsico para los principales países de Oriente, como China, Japón y
Corea del Sur. Hasta 20 millones de petróleo atraviesan diario el
Estrecho de Malaca, cantidad que no hará sino incrementarse conforme
avance el siglo asiático.
Desde el final de la Guerra Fría, Estados Unidos y sus aliados
europeos han expandido la OTAN a lo largo de Europa y combinado ese
esfuerzo con la creación de una organización asiática que en parte
consiste en la reactivación y expansión de otras alianzas militares de
la Guerra Fría basadas en la OTAN: la Organización del Tratado Central,
la Organización del Tratado del Sureste Asiático (SEATO, por su sigla en
inglés) y el Tratado de Seguridad de Australia, Nueva Zelanda y Estados
Unidos (ANZUS, por su sigla en inglés).
Pero lo que se está planeando actualmente es mucho más extensivo
que los tres proyectos anteriores juntos y es, por otra parte, no
complementario sino en connivencia con la OTAN. La Guerra en Afganistán
sirve al propósito de unificar a Oriente y Occidente bajo el control
estadunidense y de la Organización, como hicieron las guerras de Corea y
Vietnam para la creación de la SEATO y el ANZUS.
En mayo de 2010, el Consejo Atlántico de Estados Unidos, el principal lobby
de la OTAN en el Hemisferio Occidental –y en el mundo–, publicó un
artículo de Max Boot, el experto en Estudios de Seguridad Nacional,
Jeane J Kirkpatrick, del Consejo de Relaciones Exteriores y
conferencista habitual en la Escuela Militar del Ejército y el
comandante general del personal de la escuela, titulado Construyendo una OTAN del Este asiático,
en el que se lee: “Una queja habitual entre los funcionarios
estadunidenses y analistas políticos es que en el Este asiático –una de
las zonas más importantes y conflictivas del planeta– no tenga un diseño
de seguridad comparable al de la OTAN. Estados Unidos tienen lazos con
muchos países clave: Japón, Corea del Sur, Singapur, Filipinas,
Australia, Tailandia y Taiwán. Pero estos países no tienen lazos fuertes
entre sí y no hay un plan militar conjunto como el que asume la OTAN”.
En los últimos meses el tema de una colaboración militar OTAN-ASEAN ha llamado más la atención.
En agosto de 2011, el secretario asistente de Estado para Asuntos
del Este Asiático y el Pacífico de Estados Unidos, Kurt Campbell,
concedió una entrevista al diario The Australian, en la que
indicó que “uno de los mayores retos para la política exterior
estadunidense es llevar a cabo una transición desde los desafíos
inmediatos y desconcertantes de Oriente Medio hacia los acuerdos más
profundos y a largo plazo de Asia.
“Existe una innegable cualidad enérgica en la política exterior
china y lo observamos en el mar del Sur de ese país y en cualquier
parte. Lo que funcionó en 2010, fue la cantidad de países del Pacífico
asiático que estaban listos para exigir a China una mayor transparencia
(en asuntos militares) que es en provecho de la región del Pacífico
asiático [...] Pienso que es un esfuerzo [de Estados Unidos] para lograr
que India tenga un papel más importante en Asia, y revitalizar las
relaciones con la ASEAN –tanto ésta como institución como con sus
integrantes clave: Indonesia, Vietnam y Singapur, y retomar la que fue
una muy importante relación con Filipinas”.
Sus comentarios fueron similares a los del jefe de Defensa,
Panetta, y otros funcionarios del Pentágono, al afirmar que con la
retirada de las tropas de Irak y su reducción en Afganistán, el
Pentágono está enfocado en el Este asiático con la OTAN para tener un
papel más importante en la política de unos mayores y nuevos Oriente
Medio y África para dejar libre al Ejército estadunidense de desplazarse
hacia el Este.
En julio de 2011, apareció un artículo en el periódico indonesio Jakarta Post,
titulado “Esbozando una futura asociación ASEAN-OTAN”, de Evan A
Laksmana, identificado como un investigador del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales de Yakarta, presumiblemente afiliado al think-tank con el mismo nombre de Washington DC. Indonesia, recordemos, preside actualmente la ASEAN.
Los comentarios del autor indican que “al iniciar la OTAN su
séptima década y al consolidar la ASEAN el edificio de su comunidad
regional hasta 2015, y más allá, los cuerpos tienen mucho que aprender
el uno del otro.
“Para la OTAN, la ASEAN cobrará una importancia creciente en el
futuro de la estabilidad y el orden asiáticos y podría ser el candidato
ideal como homólogo estratégico para enfrentarse a los desafíos comunes
regionales y globales de seguridad –especialmente cuando la ASEAN
consolida el edificio de su comunidad regional, permitiéndole compartir
el papel de la OTAN como una comunidad de naciones con ideas semejantes
[…] El valor geopolítico, geoestratégico y geoeconómico del Sureste
asiático sugiere también que las futuras misiones de la OTAN más allá de
su área tradicional de operaciones, podrían depender cada vez más de la
ASEAN. Además, recomendaba que “cualquier futura asociación ASEAN-OTAN
podría como mínimo situarse en torno a cinco áreas de política
principales: el mantenimiento de la paz, la asistencia humanitaria y el
auxilio en desastres, seguridad marítima, reforma de la defensa y
antiterrorismo. Estas cinco áreas de compromiso podrían ejecutarse
después en cuatro niveles de cooperación: estratégico, institucional,
operativo e interpoblacional […] De manera estratégica, la OTAN puede
comprometerse con la ASEAN en discusiones y diálogos referentes a los
cinco aspectos de seguridad al usar dos vías: la primera, la Reunión
Ampliada de los Ministros de Defensa de la ASEAN (formada por todos los
países de la ASEAN más Australia, Estados Unidos, China, Corea del Sur,
Japón, India, Rusia y Nueva Zelanda) así como el Foro Regional de la
ASEAN, proveerán foros para los diálogos importantes. En la segunda vía
son cruciales dos agrupaciones: los Institutos de la ASEAN de Estudios
Estratégicos e Internacionales, una red de los nueve think-tanks
principales del Sureste asiático, y el Consejo de Cooperación en
Seguridad del Pacífico asiático, un conjunto de casi todos los think-tank principales del Sureste de la zona.
Institucionalmente, la OTAN podría explorar cooperaciones o
colaboraciones futuras bien con el Secretariado de la ASEAN, la red de
Centros de Mantenimiento de la Paz de ésta, el Centro ASEAN de
Asistencia Humanitaria y Auxilio en Desastres, o incluso el Instituto
ASEAN para la Paz y la Reconciliación.
Otras formas de actividades de defensa diplomática como visitas a
puertos o intercambio de funcionarios que son más prácticas y
‘neutrales’ podrían ayudar a paliar la sensibilidad de algunos países de
la región en cuanto a la visibilidad de la OTAN”. Añade que “esto
podría aumentar lenta y gradualmente el perfil público y la conciencia
de la contribución potencial del Tratado del Atlántico Norte a la
estabilidad de la región”. Y ésta es la impresión del autor de las
discusiones con varios funcionarios de la OTAN en un viaje reciente: “La
Organización debería de empezar a pensar en asociarse pronto con la
ASEAN para evitar sorpresas cuando una nueva crisis regional en Asia
ocurra. Para la Asociación, si somos serios en el estímulo de la
construcción de nuestra seguridad regional, ¿qué daño puede hacer el
aprender de una organización multinacional que tiene la mayor
experiencia práctica en ese empeño?”.
Después apareció un artículo en la prensa paquistaní titulado “La
OTAN llama a la puerta de la ASEAN”, del doctor Jassim Taqui, quien
advirtió que “habiendo fallado en Irak y Afganistán, la OTAN ha decidido
cambiar de dirección hacia el Sureste asiático. A este respecto muestra
un abierto interés en establecer una asociación con la ASEAN”. Aunque
“Estados Unidos ha influido en la Asociación desde 1997”, ahora
Washington se combina con India para intervenir en la región en una puja
por neutralizar la naciente cooperación entre la ASEAN y China.
“Durante su visita a India, Hillary Clinton urgió expandir su
esfera tradicional desde el Sur de Asia hacia el Asia central y el
Sureste asiático para contener la creciente firmeza de China. De manera
patente, sugiere una estrategia que aspira a ceñir a China a su patio trasero en el Sureste asiático y el Arco del Pacífico por una parte y estimular el compromiso en Asia central, por otra.
“El tono de Clinton es polémico. Justifica la contención de China
por Washington y Nueva Deli en el campo de los ‘valores e intereses
comunes’. También indicó que la administración de Obama pronto lanzaría
un diálogo a tres bandas con India y Japón como contrapeso a China”. A
principios de 2012, el portavoz del Departamento de Defensa de Estados
Unidos indicó a los periodistas: “Tenemos 28 mil 500 soldados en la
península de Corea. Tenemos, creo, más de 50 mil en Japón. De modo que
ya son suficientes efectivos allí. Con nuestra presencia a largo plazo
en el Pacífico buscamos maneras de reforzarla incluso no necesariamente
en Corea y Japón, sino a lo largo del Arco del Pacífico, particularmente
en el Sureste asiático”
En septiembre de 2011, un portavoz de la Comandancia del Pacífico de Estados Unidos explicó a la revista The Diplomat que
“esa búsqueda de la ASEAN de una colaboración en la industria de la
defensa regional podría ayudar a los intereses nacionales de Estados
Unidos en el Pacífico asiático en la medida en que se establecería una
nueva serie de estándares, de modo parecido a la OTAN, que facilitarán
la interoperabilidad entre los ejércitos de la ASEAN y de Estados
Unidos”. Añade que “desde una perspectiva operativa, la adopción de los
estándares de la Organización por parte de la Asociación de Naciones del
Sudeste Asiáticopodrían avanzar en la operabilidad inmediata a largo
plazo entre los ejércitos de la Organización y la ASEAN. Mientras esto
mejoraría la acción militar conjunta en misiones en numerosos
escenarios, también permitiría a los planificadores de defensa del
Pentágono ver a los ejércitos de la Asociación como un multiplicador de
fuerza de avanzada para algunos escenarios regionales con adversarios
potenciales, inclusive China”.
A finales de 2011, el Pentágono y su creciente bloque militar, la
OTAN, se concentró en integrar los ejércitos del Sureste asiático en su
inexorable deriva hacia la contención y el enfrentamiento con China, y
abortó el surgimiento de la Organización de Cooperación de Shangai como
una alternativa no militar viable para ellos en Eurasia.