México, DF. Bajo el asedio cotidiano de dos candidatos
presidenciales, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, dañados sus
lazos con Felipe Calderón, blanco favorito de su otrora aliada Televisa, Elba
Esther Gordillo aprovechó una visita a Sinaloa para decir que su vida sindical
se acerca a su fin. Claro, cuando le pidieron fecha, usó la fórmula de siempre:
“me voy cuando los maestros quieran”.
Tras los resultados electorales, y visto que el PRI de Enrique Peña Nieto no
alcanza la mayoría simple en la Cámara de Diputados ni con sus aliados verdes,
el anuncio de Gordillo se queda en lo que fue: un artilugio para despresurizar
una atmósfera política que le era adversa como nunca.
En el círculo íntimo de Elba Esther Gordillo arquean las cejas o de plano
ríen cuando comentan columnas de prensa que incluso asignan encargados de Peña
Nieto para dar una “salida digna” a la lideresa, y las colocan en la misma
tesitura de otras que hasta la han matado, con parte médico incluido.
¿Adiós Elba? No está en sus planes irse, confirman fuentes del sindicato.
Aunque no el único, el saldo electoral del partido fundado por Gordillo es
uno de los motivos para que se mantenga al frente del corporativo
político-sindical- empresarial comúnmente conocido como elbismo.
La relación con el PRI nunca se rompió
“Otro mal perdedor”,
tuiteó Gabriel Quadri sobre Felipe Calderón,
luego de que el Presidente se refiriese –según algunos para elevar el costo de
la negociación y dejar claro dónde está el mando panista– a la compra de votos
en la elección del primero de julio.
Para conservar su reputación de “candidato ciudadano”, Quadri evitó usar las
redes sociales para proclamar como “buena ganadora” a la “querida amiga” Elba
Esther Gordillo. Pero ganas no le deben de haber faltado.
El partido creado por la profesora chiapaneca resultó tan eficaz
electoralmente que incluso, como en 2006, le regateó apoyo a su propio candidato
a la Presidencia. Mientras Quadri obtuvo 2.29 por ciento de los votos, los
candidatos a senadores del Panal se llevaron 3.70, y los aspirantes a diputados,
4.08 por ciento.
Fernando González y Mónica Arriola, yerno e hija de la profesora Gordillo,
confirmaron satisfechos sus cálculos, opuestos como estuvieron, aunque en
momentos y por razones distintas, a la candidatura del ingeniero ambientalista y
liberal.
González rechazó desde un principio la ruptura de Nueva Alianza con el PRI. A
pesar de ser candidato a senador por el Panal, hizo público su voto por Peña
Nieto.
Durante la campaña hizo la guerra a Luis Castro, presidente del Panal, a
quien acusaba de privilegiar la candidatura presidencial y dejar sin gas a los
aspirantes a diputados y senadores. El riesgo, decían desde su flanco, era que
Nueva Alianza tuviera buenos resultados en la elección presidencial, conservara
el registro, pero no lograra llevar legisladores al Congreso.
Mónica Arriola Gordillo, quien gracias al porcentaje que le consiguieron las
secciones del SNTE será la única senadora del Panal, quiso en un principio
“tripular” al candidato presidencial. Al no conseguirlo, se concentró en las
campañas de legisladores y dejó a Castro la tarea de coordinador de la campaña
presidencial.
Mientras Quadri se lanzaba como candidato contra la “fauna jurásica” del PRI,
el yerno de Gordillo, Fernando González, mantenía aceitada la relación con el
tricolor con tan buena mano que, al cuarto para las 12, Peña Nieto
compareció ante la cúpula del SNTE.
La ruptura de la alianza con el PRI quitó a González la senaduría que tenía
en la bolsa. Como candidato de la fallida coalición, llevaba de suplente nada
menos que a José Ignacio de Nicolás, secretario de Desarrollo Económico de
Sinaloa en el gobierno del priísta Jesús Aguilar Padilla.
La relación, sin embargo, no se queda en el ámbito estatal. José Ignacio es
hermano de Eustaquio, poderoso empresario inmobiliario que balconeó la “elección
competida” de Felipe Calderón ante los consejeros de Banamex. Eustaquio, dueño
de Homex, fue compañero de Peña Nieto en la Universidad Panamericana e incluso
se le menciona como posible integrante del gabinete del mexiquense.
La bancada premia sangre, amistad y lealtad
La bancada del Panal en la Cámara de Diputados premia los lazos sanguíneos y
amistosos, así como la lealtad sindical.
Así, será diputado Fernando Bibriesca, hijo menor de Martha Sahagún, cuya
postulación es prueba de la sellada amistad transexenal de la lideresa con la
“pareja presidencial”.
Varios cuadros sindicales experimentados forman parte de la “bancada de oro”.
La primera es Sanjuana Cerda, conocida en la cúpula del SNTE como
Sanjuanita, quien ha sido tesorera del sindicato y coordinadora de
delegaciones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores
del Estado.
Hace unos años Cerda se convirtió en una heroína del elbismo, cuando
profesores disidentes de Michoacán la vejaron en medio de una protesta. Entre
los elbistas se considera que tiene mayores posibilidades de coordinar el grupo
de legisladores, dada su trayectoria, aunque tiene en su contra lo que resume un
dirigente del Panal: “la maestra la elogia en público, pero la pendejea en
privado”.
Otro personaje con posibilidades de convertirse en cabeza de la fracción es
Lucila Garfias Gutiérrez, proveniente de la sección sindical consentida de
Gordillo, la 36 (Valle de México). Además de secretaria general de dicha
sección, ha sido dirigente estatal del Panal (uno de los pocos casos en que la
primera posición se deja a un maestro) y diputada local en el estado de México,
donde respondió el quinto informe de Peña Nieto.
Tercera en la lista, aunque con menores probabilidades, es la chiapaneca
Sonia Rincón Chanona, ex secretaria general de la sección 40.
También del ámbito sindical vienen José Angelino Caamal Mena, ex secretario
general de la sección 4 (Campeche) y miembro de la dirección nacional del SNTE,
lo mismo que María Guadalupe Talamante Lemas, líder del sindicato y del Panal en
Sonora.
Cristina Olvera Barrios, dirigente del sindicato de la Secretaría de
Desarrollo Social, fue la beneficiaria de la cuota que correspondió a los
gremios de burócratas que acompañaron a Gordillo en la destrucción de la
Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado.
Fuera del ámbito familiar y sindical se encuentran el mexiquense Luis Antonio
González Roldán y el empresario Rubén Félix Hays, paisano del yerno de
Gordillo.
González Roldán es dueño de una trayectoria política que comparten algunos
aliancistas: ha sido miembro del PRI y del PVEM (fue secretario de su comité
nacional). Actualmente es legislador local en el estado de México y ha sido
representante ante el IFE.
El papel de “comisario” de la familia correrá a cargo de René Ricardo
Fujiwara Montelongo, de 28 años, primogénito de la hija mayor de Gordillo,
Maricruz Montelongo, esposa de Fernando González.
Fujiwara podría operar a la manera de su tía Mónica, quien controlaba los
dineros y las decisiones sin ser formalmente la coordinadora, pues entre los
elbistas se considera que “sería un error exponerlo”.
El nieto de Gordillo es además presidente de Alianza Joven, que hace unos
años definía así frente a sus amigos: “lo que pesa es que soy presidente de una
organización grandísima, vinculada al partido, con dinero del SNTE, y que puedo
hacer lo que se me hinchen los güevos; cualquier cosa que se me ocurra y
pidiéndole dinero a quien sea”.
Para no comportarse como los “políticos de siempre”, el candidato
presidencial del Panal hizo poner como suplente de Fujiwara a su hijo, Luciano
Quadri.
Arturo Cano Publicado: 17/07/2012 10:00
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