Hemos hecho una muy buena campaña, con efectividad y
pocos errores: vamos a volver a ganar la elección presidencial
y llevaremos
a la práctica el proyecto alternativo de nación, sostiene Andrés Manuel López
Obrador, candidato a la Presidencia de la República por la coalición Movimiento
Progresista. Foto: Guillermo Sologuren
Con el cansancio de años por los recorridos que ha realizado por
todos los rincones del país, promoviendo la idea de un cambio estructural en la
política y la economía de México, Andrés Manuel López Obrador se lleva la mano
derecha al mentón, piensa, y niega con la cabeza: no prevé convocar a un pacto
nacional. Gobernará, una vez ganada la elección presidencial, con su proyecto
alternativo de nación, y de éste derivarán acuerdos con todos los sectores de la
República.
En la segunda ocasión que contiende por la Presidencia de la República y con
un respaldo popular ascendente, refiere cómo sus adversarios han recurrido a
toda clase de subterfugios y difamaciones con el propósito de avasallarlo
moralmente.
Eso quedó en el pasado; yo me sobrepuse, porque el único amo que tengo es
el pueblo
.
La entrevista con el candidato de la coalición Movimiento Progresista
–integrada por los partidos de la Revolucuón Democrática (PRD), del Trabajo (PT)
y Movimiento Ciudadano (MC)– ocurre a bordo de la camioneta en que se trasladó
de Oaxaca a Puebla. Atrás quedó un mitin multitudinario donde miles de indígenas
le prodigaron su respaldo y le entregaron el bastón de mando.
No me someteré a chantajes
Instalado en el asiento del copiloto, afirma que no se se someterá
a los chantajes de nadie: ni de los empresarios ni de los medios de
comunicación.
Ante la movilización popular que apoya su causa, sostiene:
Hemos hecho una
muy buena campaña, con efectividad y pocos errores: vamos a volver a ganar la
elección presidencial. Ayudó mucho construir el Movimiento Regeneración Nacional
(Morena) y también la decisión de Marcelo Ebrard, del ingeniero (Cuauhtémoc)
Cárdenas y de muchos dirigentes. Que estemos juntos y unidos nos ha dado
prestigio hacia fuera.
–Usted fue uno de los sorprendidos por la irrupción de la juventud –el
movmiento #YoSoy132–, harta de lo que significa la clase política.
–Eso fue decisivo. Sus demandas tienen que ver con el control que se ejerce
desde los medios de comunicación, la forma como hipnotizan, manipulan y se
imponen. Advirtieron el intento de los medios, en particular de la televisión,
en especial de Televisa, de querer imponer a (Enrique) Peña Nieto.
–Usted propone la renovación total y por eso lo acusan de llevar el país al
desorden.
–Es una transformación. Es renovar la vida pública en todos los órdenes:
cambiar la política económica y la forma de hacer política; promover una
convivencia social humana, justa, igualitaria, y auspiciar una corriente de
pensamiento que fortalezca los valores morales, éticos y espirituales.
Ejerceré el liderazgo
–Sus detractores lo acusan de que su gobierno sería caprichoso y su
gabinete virtual.
–¡No! Por ejemplo, el titular de Educación Pública se hará cargo de todo lo
que le corresponde al sector. Tendrá autonomía e independencia, una vez definido
el programa y los proyectos. Le voy a imprimir un rasgo especial al gobierno:
habrá un distintivo que consiste en ejercer un liderazgo. Se requiere un líder,
porque se necesita buscar la reconciliación.
–La inseguridad no cesa, se incrementa. ¿Cómo la erradicará?
–Se deben analizar las causas del delito. Vamos a incorporar a los jóvenes al
trabajo y al estudio bajo el criterio de que la paz y la tranquilidad son
producto de la justicia. En las corporaciones policiacas va haber mando único;
vamos a tener un buen sistema de inteligencia y a seguirle la pista el
dinero.
–¿Que solicitaría a sus adversarios, una vez logrado el triunfo?
–Éste será un cambio de fondo. Va a ser un cambio tranquilo, con orden, sin
conflictos. Vamos a tener mucha fuerza, mucha autoridad moral, y no habrá nadie
por encima del interés del pueblo.
–De ubicarlo muy lejos de la preferencia electoral hace seis meses, ahora es
firme candidato a ganar. ¿Cómo remontó?
–El efecto de la
guerra sucia de 2006 se desvaneció. De los
candidatos, soy el que tiene menos rechazo. Estaba yo arriba en cuanto a rechazo
de la gente hace un año y ya no se habla de eso. Todo es producto de la
comunicación con la gente. Y voy a tener oportunidad de estarme comunicando con
la gente. ¡Ahora por la televisión! Voy a estar hablando diario o cada dos días
al país; no creo que como presidente me lo impidan.
–¿Se someterá a chantaje de los empresarios y sus medios?
–No voy a someterme a nadie. No serviría yo como presidente. Conviene que
haya un juez por encima de intereses personales y de grupos.
–Hace un año, la dirigencia del PRD despreciaba su candidatura. ¿Cómo se
encuentra la relación con ese partido?
–Es buena, muy buena; con todos, con los dirigentes de los tres partidos de
la coalición Movimiento Progresista. Hay unidad en lo fundamental. Aunque lo
decisivo es la organización ciudadana, la forma en que la gente se ha organizado
en Morena. Ahí está la simiente.
–¿Usted instituirá una agencia de trabajo para dar cabida a recomendados de
esos partidos?
–¡No! Van a entrar los mejores. Sean de donde sean. No va haber un gobierno
sectario ni partidista.
–Antes de la elección del domingo se habla de la necesidad de pactos: de la
Moncloa, de Chapultepec, de unidad nacional. ¿Convocaría a firmar uno?
–La gente va a votar por un proyecto y, al ganar, lo tenemos que llevar a la
práctica. Con ese proyecto vamos a hacer acuerdos. Debemos armonizar a partir
del proyecto alternativo de nación.
La esencia va a ser el acuerdo para lograr el propósito de hacer realidad
un proyecto alternativo de nación. No se va a excluir a nadie. En esencia, esa
es la política, y vamos a hacer política.
–Se le sigue calificando de autoritario y de que no rinde cuentas.
–No soy como me pintan. Entiendo que hagan esa campaña en mi contra porque no
quieren que haya un cambio en el país. He pasado todas las pruebas y me siento
con autoridad moral en lo fundamental. Reditaron la
guerra sucia y
dicen:
ahí viene de nuevo Bejarano y las ligas, Hugo Chávez, autoritario,
mesiánico, el plantón de Reforma, peligro para México
, que vamos a quitar la
casas. ¡Puras mentiras!
No va a tener efecto. No tienen otra forma de frenarnos más que utilizando
lodo. Ya es muy trillado lo de los ataques, se vuelven ridículos, vulgares y la
gente tiene una idea distinta; ya cambió la mentalidad del pueblo.
–¿Cuál ha sido el momento más difícil para usted?
–El más difícil fue el escándalo de (René) Bejarano y los videos, porque yo
no estaba involucrado, pero lo que buscaban mis adversarios –y ahí si le voy a
poner nombre y apellido: Carlos Salinas y sus socios– era destruirme moralmente,
porque todo hacía pensar que yo estaba involucrado. Era muy difícil que yo no
supiera lo de Bejarano o lo de (Gustavo) Ponce y que yo no lo autorizara. Eso
fue muy fuerte. Yo no me sentía bien: me pegó en lo interno.
–Televisa es un asunto a revisar –se le expuso.
–Ya no habrá un medio o dos que controlen toda la audiencia. Promoveré que se
pueda abrir el espectro radioeléctrico, que haya varias cadenas de televisión o
estaciones de radio. Que haya libertad. No vamos a cometer ningún abuso, no se
va a expropiar Televisa. Sencillamente va a haber competencia.
La república amorosa
, un concepto escencial
–¿En qué quedó la república amorosa
?
–Eso es parte del proyecto para transformar el país y es un concepto
esencial, porque tenemos que fortalecer los valores culturales, morales y
espirituales, y tenemos que auspiciar una corriente de pensamiento donde no sea
el individualismo, el egoísmo, lo que domine.
–¿Alentará la participación de los jóvenes?
–No vamos a inducir nada, a dirigir el movimiento ni a querer darles línea.
Vamos a garantizarles su autonomía y su libertad. Reconozco su contribución a la
historia.
Periódico
La Jornada
Roberto Garduño
Miércoles 27 de junio de 2012, p. 10