Tras la demostración de fuerza, una andanada dialéctica…
Teherán ha advertido a Estados Unidos de que no vuelva a enviar su
flota al Golfo Pérsico si no quiere atenerse a las consecuencias. Esta
amenaza alude al reciente paso por la zona de un portaviones
estadounidense durante el inicio de unas maniobras en las que el
Ejército iraní ha probado varios misiles de medio y largo alcance.
La escalada de la tensión tiene como telón de fondo el contencioso
sobre el programa nuclear iraní, al que Occidente ha respondido con
sanciones porque teme que sea una tapadera para fabricar armas atómicas.
Teherán amenaza con bloquear el estrecho de Ormuz, por donde fluye el
cuarenta por ciento de las exportaciones de crudo mundiales. Washington
no descarta recurrir a la fuerza para evitarlo y estudia imponer nuevas
sanciones al régimen teocrático.
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, apuesta por esta
última vía: “Irán quiere armas atómicas”, ha venido a decir, “el informe
del OIEA es muy claro en este punto. Tenemos
dos propuestas: la primera es congelar los bienes del Banco Central
Iraní, una medida dura, y la segunda, un embargo de sus exportaciones de
petróleo”.
Mientras la UE estudia qué hacer, la jefa de su diplomacia,
Catherine Ashton, ha invitado a Irán a proponer una fecha para retomar
las negociaciones con la comunidad internacional sobre su polémico
programa atómico.
Más información sobre: Bomba atómica, EE.UU., Francia, Irán, Tensión diplomática
Artículo de EURONEWS
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