Los mismos cánticos usados contra Hosni
Mubarak regresaron contra su sucesor, cuando más de 200 mil personas llenaron la
Plaza Tahrir
EL CAIRO, Egipto, 27 de noviembre.- Los
mismos cánticos utilizados contra Hosni Mubarak se volvieron el martes contra su
sucesor cuando más de 200 mil personas llenaron la Plaza Tahrir en El Cairo en
el mayor desafío hasta ahora del presidente islámico Mohammed
Mursi.
La protesta masiva con banderas y mantas en
contra de la adjudicación de poderes casi absolutos por parte de Mursi emuló a
algunas de las manifestaciones más grandes que ayudaron a derrocar a Mubarak el
año pasado.
En la plaza se escucharon cánticos diciendo
"¡El pueblo quiere derrocar al régimen!" y "erhal, erhal" —en árabe "vete,
vete_, en esta ocasión dirigidos al primer presidente egipcio elegido
libremente.
Los manifestantes fueron encendidos por
edictos emitidos la semana pasada por Mursi que neutralizaron en la práctica al
poder judicial, última rama de gobierno que no controla.
Pero las protestas se convirtieron en un
flujo más amplio de enojo contra Mursi y su Hermandad Musulmana, quienes según
los opositores han utilizado las victorias electorales para monopolizar el
poder, sacar a la fuerza a adversarios y dictar una nueva Constitución islámica
haciendo, mientras tanto, poco para resolver los crecientes infortunios
económicos y de seguridad de Egipto.
En varias ciudades del país estallaron
enfrentamientos. Opositores de Mursi atacaron oficinas de la Hermandad e
incendiaron al menos una. Manifestantes y miembros de la Hermandad se atacaron
con piedras y bombas incendiarias en la ciudad del delta del Nilo de Mahalla
el-Kobra, en un incidente que dejó menos 100 personas
heridas.
"El poder ha expuesto a la Hermandad.
Descubrimos su rostro verdadero", dijo Laila Salah, una ama de casa asistente a
la protesta en la Plaza Tahrir, quien dijo que votó por Mursi en la elección
presidencial del verano pasado. Después de Mubarak, agregó, los egipcios no
aceptarían más ser gobernados por un autócrata.
"Es como una esposa cuyo marido la golpeaba y
luego ella se divorcia de él y es libre", comentó. "Si ella se vuelve a casar,
nunca aceptaría otro día de abuso", añadió.
Gehad el-Haddad, un asesor de alto rango de
la Hermandad y de su partido político, dijo que Mursi no daría marcha atrás en
sus edictos. "No vamos a anular la declaración”.
Eso prepara el escenario para una batalla
prolongada que podría lanzar al país a una agitación aún más grande. Los
organizadores de la protesta hicieron un llamado a realizar otra el viernes. Si
la Hermandad responde con sus propias manifestaciones, como lo han insinuado
algunos de sus líderes, aumentaría la probabilidad de más violencia después de
una serie de enfrentamientos entre ambas partes en días
recientes.
Un tuit de la Hermandad advirtió que si la
oposición fue capaz de atraer un apoyo de entre 200 mil y 300 mil personas,
ellos deberían preparare para un apoyo de millones por
Mursi.
Otro momento crítico podría ocurrir el
domingo, cuando se espera que la Corte Constitucional determine si se disuelve
la asamblea que está redactando la Constitución, la cual está dominada por la
Hermandad y sus aliados islámicos. Los decretos de Mursi prohíben a las cortes
disolver el panel; si la corte desafía al presidente y emite su fallo en ese
sentido de todas maneras, sería un desafío directo que podría pasar a las
calles.
"Entonces estamos ante el desafío entre la
Corte Suprema y la presidencia", dijo Nasser Amin, director del Centro Árabe por
la Independencia del Poder Judicial y la Abogacía. "Estamos a punto de ingresar
a un conflicto grave" tanto al nivel jurídico como al nivel de la calle,
señaló.
AP
Los manifestantes fueron encendidos por
edictos emitidos la semana pasada por Mursi que neutralizaron en la práctica al
poder judicial, última rama de gobierno que no controla.
REVISTA INICIATIKA
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