SAN
RAYMUNDO JALPAN, Oax. (apro).- El secretario general de Gobierno, Jesús
Martínez Álvarez, reconoció que en la entidad persisten 30 conflictos
agrarios, de los que 19 son de “alto riesgo”.
De acuerdo con el
Atlas de Riesgos, abundó, prevalecen en el estado 13 conflictos
postelectorales y se mantienen cerrados o resguardados por la policía
unos 11 palacios municipales.
Al comparecer ante la LXI
Legislatura local, como parte de la glosa del primer informe del
gobernador Gabino Cué, el funcionario estatal fue cuestionado por
diputados de PT, PRD y Movimiento Ciudadano, pues la gobernabilidad del
estado –acusaron– “pende de un hilo” ya que la han dejado “en manos de
operadores políticos del viejo régimen (priista)”.
Entre los
conflictos de “alto riesgo” destacan el de San Miguel y Santa María
Chimalapa con los núcleos agrarios de Chiapas, así como el de Santiago
Tilapa (El Jicaral), Oaxaca, con Jicayán de Tovar, perteneciente al
estado de Guerrero.
A ellos se suman el de San Pedro Mixtepec
contra Santa María Colotepec y Santa Catarina Juquila contra San Juan
Quiahije, en la región de la Costa; San Mateo del Mar contra Santa María
del Mar, y el de San Francisco del Mar contra San Francisco Ixhuatán,
en el Istmo de Tehuantepec.
Mientras que en la región mixteca
persisten los conflictos entre Santo Domingo Ixcatlán contra Chalcatongo
de Hidalgo; San Juan Mixtepec contra Santo Domingo Yosoñama; San
Sebastián Nopalera contra Zimatlán de Lázaro Cárdenas, y San Miguel
Tecomatlán contra San Francisco Jaltepetongo.
En tanto que en la
Sierra Sur los conflictos más convulsos son el de Santa María Zaniza
contra Santiago Amoltepec; Santiago Amoltepec contra San Mateo
Yucutindoo, y Santiago Textitlán contra San Pedro el Alto.
Y en la Sierra Norte el conflicto más complicado es el de Santa Cruz Condoy contra Santa Cruz Ocotal.
Por
lo que se refiere a Valles Centrales, los conflictos de más alto riesgo
son el de Cuilapam de Guerrero con San Pablo Cuatro Venados; Santa Cruz
Mixtepec contra San Miguel Mixtepec, y el de Santa María Peñoles contra
Santiago Tlazoyaltepec.
De los 13 conflictos postelectorales
sobresale el de Santiago Choapan, donde se registraron diez muertes; el
de Santa María Atzompa, donde fue incendiado el palacio municipal, y el
de San Juan Lalana, donde se va a convocar a una nueva elección.
Entre
los palacios municipales tomados por el rechazo a autoridades se
encuentran San Francisco Tlapacingo, San Gabriel Mixtepec, Candelaria
Loxicha, Santa María Cortijo, Santa María Apazco y Santa María Ecatepec.
Mientras
que las sedes de los ayuntamientos que se encuentran bajo resguardo
policial son la de San José Tenango, San José del Progreso y Santiago
Ixtayutla; en tanto que los palacios municipales de San Juan Mixtepec y
Santa María la Asunción están totalmente cerrados por problemas
administrativos.
Sobre la política estatal, Martínez Álvarez
destacó que “la transformación que requiere Oaxaca no permite soluciones
populistas, sino establecer las bases de esa transformación sin
protagonismos”.
Recordó que, en 2010, Oaxaca pasó de ser una
entidad gobernada por un solo partido a ser un estado plural, en el que
ninguna fuerza política puede, de manera unilateral, tomar las
decisiones de gobierno más relevantes.
“Un proceso de transición,
con las características que posee el nuestro, implica, entre otros
objetivos, renovar las instituciones de gobierno; relegitimar las
existentes frente a la población, y hacer que funcionen con criterios
técnicos y no con base en propósitos clientelares”, puntualizó.
En
respuesta, el diputado Flavio Sosa demandó cambiar de rumbo, pues
continuar por la misma vía implicaría una traición a “las esperanzas del
pueblo que, mediante las urnas, demandó un cambio, demandó ser
escuchado, atendido y satisfecho”.
“La gobernabilidad en Oaxaca
pende de un hilo”, advirtió el legislador, debido a que la Secretaría de
Gobierno “no ha mostrado la capacidad institucional necesaria para dar
oportunas respuestas a las demandas y solicitudes de los diferentes
actores sociales, para articular la contraposición y evitar la
violencia”.
En tanto el perredista Alejandro López Jarquín
cuestionó el que en esa dependencia “operen muchos caciques regionales,
quienes se oponen a mejores condiciones de vida y que apuestan a la
confrontación para que este gobierno fracase, ya que son reductos del
viejo régimen autoritario”.
Mientras, el priista Elías Cortés se
dijo preocupado “por la falta de definición ideológica del actual
gobierno para consensuar los acuerdos para la gobernabilidad… Todavía no
se asume el poder precisamente por la composición ideológica” de la
administración de Cué Monteagudo.
Por desgracia, sostuvo, “en
estos momentos Oaxaca se encuentra en una encrucijada: por un lado, las
oportunidades extraordinarias que nos da la democracia; por el otro,
desencuentros, polarización, descalificaciones e incluso acusaciones con
afán de revancha, que está llevando a la sociedad oaxaqueña al
desencanto de la enorme expectativa e ilusión que en un momento despertó
el cambio de gobierno”.
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