jueves, 15 de marzo de 2012

Conmociona tragedia belga

Lo que debía haber sido un alegre viaje escolar se convirtió en una tragedia, cuando un autobús que llevaba a casa a un grupo de escolares belgas tras un paseo para esquiar se estrelló contra la pared de un túnel en Suiza, el martes por la noche, dejando 28 muertos, 22 de los cuales eran niños, informó ayer la policía.
El vehículo, con 52 personas a bordo, que regresaban de la zona de esquí de Val d’Anniviers, se estampó contra la pared en el túnel cerca de Siders, en Wallis, sin que hasta ahora se conozcan las causas.

Los dos conductores, así como otros cuatro adultos murieron, mientras que al menos 24 menores resultaron heridos, entre ellos tres niños con lesiones graves. Los escolares que viajaban en el autobús son alumnos de dos colegios de las localidades flamencas de Lommel y Heverlee.

Los consternados padres de los niños, muchos de los cuales aún no sabían si sus hijos figuraban entre los 22 estudiantes fallecidos, llegaron a Suiza tras viajar en avión desde Bélgica a bordo de aeronaves militares. El presidente suizo, Evelyn Widmer-Schlumpf, y el primer ministro belga, Elio Di Rupo, ofrecieron una rueda de prensa en la ciudad de Sion, cerca del lugar del accidente, en la que rindieron homenaje a las víctimas y los 200 trabajadores de rescate que ayudaron tras el accidente.

“Es un día trágico para Bélgica”, dijo Di Rupo, quien añadió que “la pérdida de un adulto es trágica, pero cuando se trata de un niño no hay palabras. Es importante consolar a las familias”. El gobierno decretó el miércoles como día de luto nacional. Veintiuno de los fallecidos eran de nacionalidad belga y siete eran holandeses, de acuerdo con las autoridades suizas. El Ministerio de Relaciones Exteriores holandés dijo que tres niños holandeses resultaron heridos. La mayoría de los niños a bordo tenían entre 10 y 12 años.

Alrededor de 200 policías, bomberos, médicos y paramédicos trabajaron toda la noche, mientras que 12 ambulancias y ocho helicópteros llevaron a los heridos al hospital. Olivier Elsig, fiscal del estado de Valais, dijo que las imágenes de video de vigilancia del túnel, donde el límite de velocidad es de 100 kph, no mostraron que hubiera otro vehículo involucrado en el accidente y que la carretera estaba seca y en “buena condición”. “El autobús no parecía viajar demasiado rápido”, dijo Elsig en conferencia de prensa. Además, el autobús apenas llevaba entre 15 y 20 kilómetros de viaje, cuando entró al túnel, por lo que la hipótesis de que el chofer estuviera cansado tampoco es muy plausible. Por lo pronto, Elsig dijo haber ordenado “una autopsia del conductor, la que está llevando a cabo en este mismo momento”.

El Ministerio Público está manejando tres hipótesis: un fallo técnico del vehículo, un problema de salud del chofer —como un infarto fulminante— o un error humano.
“Los niños usaban los cinturones de seguridad, pero el impacto del choque fue violento”, dijo Elsig. Una de las niñas supervivientes, que contactó brevemente con su padre por teléfono, explicó que escuchó un gran choque en la oscuridad y que “todos los asientos salieron volando”, detalló el diario belga Le Soir. La pequeña quedó atrapada entre dos asientos y sufre fracturas en las dos piernas y un brazo.

Condolencias mundiales
Líderes mundiales expresaron sus condolencias al gobierno belga y a los familiares de las víctimas. El presidente del Consejo Europeo y ex primer ministro belga, Herman Van Rompuy, dijo que hoy todos los belgas se sienten “padres, madres, hermanos o hermanas de estos niños”.

 


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