En el marco del movimiento conocido internacionalmente como "SlutWalk" ("marcha de las zorras"), las participantes recorrieron las calles céntricas de la parte occidental de la ciudad ante la perplejidad de los viandantes y gritando consignas como "¡Basta ya! Culpad al violador", "Mi cuerpo es sólo mío" o "No significa no, ¿qué parte del 'no' no has entendido?".

El "SlutWalk" nació en abril del pasado año en Canadá después de que un policía de Toronto sugiriese que para no sufrir daños las mujeres debían "evitar vestirse como putas".

"Israel no es diferente de otros países occidentales en la hipocresía social y la manera de controlar las mentes de las mujeres", explicó a Efe Diana, una estudiante y trabajadora social de 22 años, que encabezaba sin complejos la manifestación con un ajustado top y repartiendo explicaciones a los curiosos.

Para esta joven, nacida en Jerusalén de padre venezolano, se trata de "un problema de doble moral: la sociedad dice que necesitamos ser bonitas y sexy de acuerdo con las normas pero al mismo tiempo nos acusan de ser provocativas y de usar nuestra sexualidad para conseguir muchas cosas".
"No es un problema sólo religioso o de los haredim (ultraortodoxos judíos). Los haredim sólo expresan lo que está dentro de la mente de la mayoría de la gente en la sociedad secular", opinó Diana.

A su paso por el centro de la ciudad santa, las manifestantes, alguna de ellas con apenas un escueto cartel de denuncia cubriéndole los pechos, se topan con algunos ultraortodoxos.

Unos les observan con perplejidad, otros con gesto de enfado y reproche. Los policías que siguen a la manifestación tienen que apartarlos en ocasiones para que no se enfrenten a las mujeres.
"Hay que vestir con modestia. No me ofende a título personal que vayan así por el centro de la ciudad, pero cada uno tiene que actuar de una determinada forma para alcanzar la salvación", comentó a Efe Dov, un ultraortodoxo con sombrero negro y tirabuzones, mientras exhortaba a la gente a rezar al paso de la protesta por la populosa calle Ben Yehuda.

Sin embargo, para Rebeca Huge, una israelí de 24 años que participaba en la protesta, "la solución no es vestir más recatadas sino educar a la gente en que no importa la manera de vestirse".
"No está bien que tengamos que ir con miedo en la calle y que si alguien me dice o hace algo, se diga 'no, es que ella se viste como una puta'. No, yo quiero ponerme lo que quiero y él no me tiene que tocar", explicó también a Efe Niva Lejtman, que sostenía un cartel con la leyenda: "Una sonrisa no es igual a una invitación a la violación".

Esta estudiante de Haifa cree igualmente que el problema "no es sólo religioso" y considera que "la sociedad es muy patriarcal y las mujeres son menos que los hombres, que sí pueden ir vestidos por la calle como les dé la gana".

La "SlutWalk" se organizó en Jerusalén, tras haberse llevado a cabo en otras ciudades israelíes de estilo de vida más laico como Haifa y Tel Aviv.

En la ciudad tres veces santa, donde la religión y la comunidad ultraortodoxa están mucho más presentes que en el resto del país, se requiere un mayor arrojo para participar en una manifestación como ésta.

Una de sus principales organizadoras fue Sarit, una estudiante que logró reunir a varios centenares de personas en un grupo de Facebook.

"No existe absolutamente excusa o razón alguna para acosar a las mujeres, no importa cómo se vistan o cómo se comportan. Simplemente queremos los mismos derechos que tiene cualquier hombre", afirmó.

A su juicio, en cualquier parte del mundo "todas las mujeres son culpadas cuando son acosadas" y la diferencia en Israel es que "puedes ser acusada por hacer incluso menos" ya que "en algunas comunidades religiosas se considera vestir como una guarra lo que en otras partes del mundo se ve como normal".

Javier García
PUBLIMETRO