viernes, 29 de junio de 2012

El fantasma del 2006: Nadie quiere repetir la dolorosa experiencia del 2006.


Era la primera vez que los candidatos presidenciales se reunían en tiempos de veda electoral. Allí estaban los cuatro que están en las boletas del 2012. Josefina, Peña, López Obrador y Quadri. Los acompañaban los líderes de los partidos políticos –sólo faltó el petista Alberto Anaya—, los nueve consejeros electorales, y representantes de distintas organizaciones de la sociedad civil.

La cita era para firmar un “pacto de civilidad” que los compromete a reconocer los resultados del IFE. Nadie quiere repetir la dolorosa experiencia del 2006. El plantón de Reforma, las asambleas informativas, el desconocimiento de las autoridades electorales, el discurso del encono, el desgarramiento de la izquierda, la entrada de Felipe Calderón por la puerta trasera del Congreso.
El singular numerito de ayer se armó por López Obrador. Los promotores del pacto lo querían comprometer con los números oficiales. Es el único que ha dado señales de que no aceptará resultados del instituto. Su discurso de fraude inquieta, asusta, alerta. Dice contar con un ejército de 450 mil vigilantes del voto en todas las casillas. Está claro que no confía en el IFE.
Todavía ayer intentaba arrancar al Consejo General del IFE un acuerdo de última hora para que los funcionarios y representantes de las casillas firmen las actas. Lo discutió ampliamente con el senador del PRD, Pablo Gómez, al concluir la firma del pacto.

“Queremos bajarlo a nivel de casillas”, explicó Jaime Cárdenas, diputado del PT, ex consejero del IFE.

El contenido del Pacto ya está en la Ley. Sería un ejercicio innecesario en un país democrático, donde los que pierden lo admiten. Pero aquí no. Es imposible. Vivimos en la suspicacia, en la desconfianza en las instituciones, pero también en la coacción del voto.
El Peje asistió al acto para neutralizar las críticas. “Que no se diga que prepara un conflicto poselectoral”, nos dijo Jaime Cárdenas. Andrés sabe lo costoso que puede resultar que lo perciban como promotor del encono, que resurja la idea de que es un peligro para México. Ayer se le veía incómodo. Le dio la mano a Peña, sí, pero fue un saludo frío. Durante el acto se mantuvo rígido, serio, distante. A leguas se vía que estaba allí obligado por el pasado.

* * *
Peña Nieto fue el único que entró puntual al auditorio del Instituto. A las seis de la tarde. Afuera llovía a cántaros. Lo flanqueaban el diputado Sebastián Lerdo de Tejada y Fernando Castro Trenti. Platicó buen rato con los consejeros Leonardo Valdés, Marco Baños, Francisco Guerrero, hasta que llegó López Obrador, diez minutos después.
“En ese orden que van a quedar el domingo”, vaticinó, mordaz, Lerdo de Tejada, representante del PRI ante el IFE, al ver entrar al tabasqueño. No esperaba que Quadri llegara antes que Josefina. Su vaticinio se hizo añicos.
A la candidata del PAN, por cierto, la traicionó el ánimo. Reflejaba agotamiento. Aplaudía sin energía. Se le notaba ausente, distraída. No era una mujer que reflejara ánimo de victoria. Era el vivo retrato de lo que reflejan las encuestas. “Es la campaña”, explicaba el coordinador de los diputados del PAN, Carlos Alberto Pérez Cuevas.
Josefina saludó de beso a casi todo mundo, incluido Peña. Pero al Peje sólo le dio la mano. ¿Se acordaría de Javier Sicilia?

* * *

En los corrillos políticos se comenta el anuncio de Vázquez Mota de ofrecer al presidente Calderón la Procuraduría General de la República, si el voto le favorece el primero de julio. La candidata sorprendió a más de uno con la “invitación”. La dio a conocer en el último mitin de su campaña. Parece demasiado tarde para impactar en la intención de voto.
Quisimos saber si habló del tema previamente con el primer mandatario. Parece difícil que lo haya hecho por la libre, sin consultarlo. Preguntamos en Los Pinos. No pudimos averiguarlo. “No sabemos si hablaron”, nos dijeron.
Lo que si es un hecho es que ese nombramiento no solo depende del presidente en turno. Tiene que ser ratificado por el Senado. Las encuestas juegan en contra de ese nombramiento. Aún si Josefina ganara la elección, tendría que negociarlo con la oposición en el Senado. Se necesita una mayoría calificada para aprobarlo. ¿Sería únicamente ruido mediático? Es pregunta.
* * *

Hicimos una apuesta con el priísta Heriberto Galindo, ex embajador en Cuba, candidato a diputado. Sinaloense de origen, jura que el candidato presidencial de su partido va a ganar por más de 15 puntos. Nosotros creemos que la diferencia entre el ganador y el segundo lugar será de un dígito.
Galindo, por cierto, acaba de presentar, en el Club de industriales, un libro que recoge las principales ideas políticas del mexiquense. Se titula “Ideas e Ideales de Enrique Peña Nieto”. Lo edita Fontamara.

FIN.

Publicado el Viernes 29 de Junio de 2012
Francisco Garfias.
EL ARSENAL.NET

Información relacionada

No hay comentarios:

Publicar un comentario