viernes, 16 de diciembre de 2011

El dedazo académico: un IFE sin ciudadanos

#NuevosConsejeros

La Cámara de Diputados aprobó con 385 votos la designación de los tres consejeros, luego de un retraso de más de 14 meses.  
La Cámara de Diputados aprobó con 385 votos la designación de los tres consejeros, luego de un retraso de más de 14 meses. (CuartoOscuro)


La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados anunció este jueves la designación de la terna para ocupar los tres asientos vacantes del Consejo del Instituto Federal Electoral.

Aunque las posiciones permanecieron desocupadas durante más de un año, el inicio de las precampañas el 18 de diciembre fue la fecha límite que, arbitrariamente, fijaron los legisladores para desatorar el acuerdo que tanto deslegitimó y debilitó a la institución durante estos meses.

Resulta que ahora sí había prisa y el asunto debía despacharse en fast track.

Jaime Cárdenas es el encargado de dar las buenas nuevas. "Creo que es una magnífica propuesta, le dará al IFE nivel de credibilidad". Cabe preguntarse qué entiende él por credibilidad.

Basta echar un vistazo a los nuevos consejeros para entender que, de lo que está hablando en realidad, es de “solvencia intelectual” de los propuestos. Todos son, o han sido, académicos de carrera. Revisemos algo de sus hojas de vida.

Sergio García Ramírez fue juez y Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en su más alta categoría, autor de muchísimos libros y Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias Penales.

Sin embargo, fue Secretario del Trabajo con José López Portillo y Procurador General de la República con Miguel de la Madrid, entre muchos otros cargos. Es el abanderado del Partido Revolucionario Institucional, del que fue miembro por muchos años.

Don Sergio ha escrito de todos los temas en la arena jurídica. Es, por decirlo así, un académico muy completo. Me pregunto, sin embargo, qué tipo de cualidades -y sobre todo qué tipo de liderazgo- se requerían para ser Secretario del Trabajo o procurador en esos sexenios. ¿Esta figura se asemeja al ciudadano neutral y conciliador que se necesita para ocupar este cargo? Esto se le debió haber preguntado en una comparecencia pública que nunca se llevó a cabo.

Lorenzo Córdova Vianello es Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores –aunque ostenta el nivel II- y es colaborador de revistas como Nexos y Voz y Voto. Ha coordinado tres trabajos editoriales y ha participado en varios otros. Es un académico de profesión lanzado al ruedo, al parecer, para contrarrestar la legitimidad de su otrora compañero de cubículo.

Echemos un vistazo a una de sus recientes publicaciones. En un libro editado por la UNAM sobre el financiamiento de los partidos políticos en el mundo, afirma sobre el caso mexicano que: “Como puede verse, la reforma electoral de 2007-2008, con todas las dificultades de instrumentación y los muchos y poderosos detractores que han hecho público —y lo siguen haciendo— su desacuerdo, implicó un importante salto de calidad en cuanto a las reglas y condiciones de la competencia electoral. Su efectividad está aún en juego pues las elecciones federales de 2009, (…) son su campo de prueba”.

Esta es la valoración final que hace Lorenzo Córdova al esquema de financiamiento de los partidos en nuestro país. Afirmó que las reformas eran buenas noticias y que nuestra democracia estaba en camino de consolidación.

La prestidigitación sonaba demasiado alentadora, sobre todo cuando un experto y asesor de Naciones Unidas en  estos temas, afirma que “cerca de 65% de las campañas electorales en México están contaminadas con dinero proveniente de la delincuencia organizada, principalmente del narcotráfico”.
Así lo dijo en entrevista para el semanario Proceso Edgardo Buscaglia. Si bien esas cifras no son incuestionables, dan una lectura - bien valorada en muchos foros- del estado que guarda el financiamiento de los partidos en México.

Por si fuera poco, el 6 de diciembre de 2009 el Consejero Electoral Arturo Sánchez reconoció que “es complicado detectar el ingreso de recursos ilícitos a campañas y partidos, pues la fiscalización del IFE se basa en dinero reportado al sistema bancario, donde difícilmente hay operaciones de ese tipo”.
Mucho podría decirse y refutarse del diagnóstico que nos ofrecía el joven académico. Lo cierto es que, contrastadas con la realidad, sus conclusiones resultaron algo cándidas.

María Marván fue una valiente presidenta del IFAI y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde el 2002. Fue secretaria técnica de la fracción del PAN en Congreso local de Jalisco y ocupó, más tarde, una silla en el Consejo Electoral del estado. Tiene una larga carrera académica en la Universidad de Jalisco y ostenta, entre otros grados académicos, un doctorado en Sociología por la New School for Social Research.

A la presidenta del IFAI –a quien pronto se le termina el trabajo- se le deben hacer agua a la boca las trayectorias que han tenido ex consejeros como Santiago Creel, Juan Molinar Horasitas, José Agustín Ortiz Pinchetti o Emilio Zebadúa. El camino – asfaltado por sus predecesores- da cuenta de cómo se obtienen los favores de un partido político cuando se hizo bien el trabajo desde la neutralidad.

En otras palabras, cuando se legitimaron con inteligencia los intereses y se disoció, con éxito, el debate electoral del político.

No podemos soslayar, además, que el tránsito entre las consejerías del IFE y el IFAI ya se ha andado con buenos resultados. Sólo falta esperar a que le ofrezcan a Marván una buena Secretaría de Estado para que abandone su posición. Habrá que ver cómo vota a lo largo de su gestión y dónde se acomoda cuando se termine su encargo. A juzgar por el comportamiento histórico del órgano y sus miembros, el panorama no es alentador.

¿Por qué estuvieron desocupadas las consejerías durante catorce meses? Para decidir quiénes serían los nuevos consejeros se requería una votación de dos terceras partes de la Cámara de Diputados a favor de la terna. El PRI y sus aliados impulsaban a sus candidatos y acusaban simultáneamente al PAN y al PRD de frenar la designación, haciéndoles pagar el coste político del retraso.

En medio de esta pantomima -que llegó a ser encabezada por el diputado y demócrata de cepa Emilio Chuayfet- se escondían los deseos del PRI de nombrar a dos de los tres consejeros.

Desafortunadamente para ellos, las alianzas políticas para imponerlos no prosperaron por un puñado de votos.

De un tema como éste, con tantas aristas, me conformaré con hacer un par de lecturas.

La primera es que el recurso ya es muy viejo. Los partidos políticos han echado mano de académicos en busca de trabajo o de nuevos espacios de influencia y, a cambio, han cobrado muy cara su lealtad.

La intención ha sido mantener los balances político-electorales representados en las bancadas e impostarlos, tal cual, en la conformación del IFE. Todo ello, por supuesto, ha tenido un coste altísimo para la credibilidad y la eficiencia de nuestra democracia.

Recordemos las revelaciones hechas por Luis Carlos Ugalde en su libro “Así lo viví”, que dan cuenta de cómo Elba Esther Gordillo lo hizo presidente del IFE y cuáles fueron los favores que le pidió de regreso cuando llegó el momento de demostrar las filias.

Mi segunda conclusión es que los partidos políticos se están repartiendo, salomónicamente, un pastel que no les pertenece.

La designación de los consejeros ciudadanos del IFE deberían surgir de un debate fecundo de las ideas y de un escrutinio transparente de la solvencia moral los candidatos. Los ciudadanos necesitamos voz para que se garantice plenamente nuestro voto.

En lugar de eso, nos conformamos con las lustrosas credenciales académicas y las excusas de que el tiempo para decidir, nos tenía contra la pared.

Hasta el diputado Jaime Cárdenas afirmó “tener dudas sobre el procedimiento seguido por los legisladores, pues no se realizó una consulta ciudadana para llegar a esos nombres”. Así, con este desenfado, se nos explica por qué nuestra democracia no es verdaderamente representativa y, por supuesto, demuestra lo poco que les importa.

1 comentario:

  1. A ver como salen estos consejeros del IFE, esperemos que no haya algun error en las proximas elecciones. Por lo menos que no haya mano negra en las elecciones del PAN y que Santigo Creel salga victorioso.

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