lunes, 27 de febrero de 2012

Todos contra la veda

En esta etapa de “veda” de una auténtica libertad de expresión, debido al periodo electoral llamado “intercampañas”, el gobierno federal tendría una gran oportunidad de cerrar ciclos, de ofrecer resultados que han quedado pendientes, y esa sería la mejor forma de ganar la simpatía de la población, como de apuntalar al partido al que pertenece el presidente Felipe Calderón, y su candidata a la presidencia.

A pocos meses de la elección, sería bastante más positivo para los ciudadanos conocer que finalmente los capos del narcotráfico largamente perseguidos han sido capturados, que sus cuentas y bienes han sido confiscados, que se han desarticulado sus redes financieras y operativas, que cualquier comentario sobre encuestas que se filtre a la prensa. Los efectos propagandísticos que generen los buenos resultados en materias altamente sensibles, como la inseguridad, el desarrollo social, la economía, no están sujetos a ninguna veda.

1.-Cabría explorar con mayor profundidad recursos legales incluso a nivel internacional, para matizar la interpretación draconiana que las autoridades electorales están dando a la famosa ley electoral, que a todas luces contraviene derechos humanos fundamentales, como la libertad de expresión –irrenunciable en todo momento del sexenio y de la vida-, y el derecho a la información. La Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) planteó hace unos días esta posibilidad, a lo que contestó el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, que están en su derecho…

2.-Es penoso que este tipo de problemas no puedan ser resueltos felizmente en México, y que las partes quejosas deban elevar a un plano externo al país sus diferencias. Porque, aunque esa reforma electoral tenga sus letras inscritas en la Constitución, y que ninguna ley pueda estar por encima de la Carta Magna, tampoco ésta en todo momento deja de ser perfectible, e incluso, por ahora, claramente equívoca. Llama la atención al mismo tiempo que la ciudadanía no haga mucho al respecto, oponiéndose a que quienes aspiran a ser sus representantes tengan obligadamente que cerrar la boca y no puedan, entre muchas cosas igualmente ridículas, plantear sus propuestas.

3.-Los ciudadanos deberían manifestarse masivamente en el IFE, ya que, bajo el cobijo de un argumento legaloide se está violando claramente el derecho a conocer a quienes aspiran a representarnos. Y el papel de censores es el último que quisiéramos que asumiera el IFE en una democracia. Y así, paradojas de la democracia, es que tenemos a un IFE lejano de la ciudadanía, que no se sabe a quiénes sirve, así en ese instituto se alegue que sólo obedecen la letra de una reforma hecha por conocidos representantes populares de distintos partidos. ¿Cómo es que no hay marchas, mítines, foros en contra de la aplicación de esta censura de las ideas, de las propuestas?

4.-Quién sabe qué interpretación se le está dando al concepto de “propaganda”. Al parecer, para las autoridades electorales –o lo que quede de ellas luego de estos absurdos pasajes de la vida nacional-
todo es propaganda, con lo cual quedaría cancelado poder abordar cualquier tema desde una visión propositiva por parte de los candidatos virtuales a todo cargo de elección popular. ¿Es propaganda hablar, por ejemplo, de cómo podría solucionarse la inseguridad? ¿O lo es señalar cómo es que puede mejorarse la educación básica? México está urgido de soluciones, no necesitamos vedas. La única veda que debe haber es a la inseguridad, al desempleo, a la ignorancia, a la discriminación. Las vedas a los derechos fundamentales son cosa de dictadores, no de demócratas.

5.-Es obvio que los candidatos no van a quedarse quietos ni callados en esta oscura y absurda veda medieval. Ya están dándole la vuelta de mil formas, ocupando todos los espacios y haciendo todo lo que pueden sin incurrir directamente en los “actos prohibidos”. Y entonces cabe preguntarnos para qué sirve una veda en la que no creen las autoridades electorales –ya que esgrimen que sólo aplican una ley que no crearon-, de la que los candidatos logran escapar, pero además, rechazada por los medios de comunicación y por la gran mayoría en la opinión pública. ¿Quiénes apoyan esta veda? ¿Habrá alguien que en su sano juicio le encuentre ventajas? Aún los mismos que la redactaron y la votaron, hoy están escondiendo la mano de su autoría… Y así, el IFE, de facto, sólo está fomentando que haya leyes para que no sean cumplidas.

6.- Esto es un juego absurdo, un hoyo negro de la incipiente democracia mexicana, en la que pierden todos, el IFE en su legitimidad y en su “carácter ciudadano” (si es que lo tuvo alguna vez), los candidatos, que se ven obligados a decir que respetan una ley que detestan y que burlan, pero sobre todo la ciudadanía, privada de poder estudiar a fondo a quienes desean gobernar al país. Como si fuera cualquier cosa podernos asegurar por quiénes vamos a votar…

Raúl Tortolero
EL ARSENAL.NET

No hay comentarios:

Publicar un comentario