lunes, 26 de marzo de 2012

Misa ante multitudes, el presidente FCH y los candidatos presidenciales

El Papa Benedicto XVI realizó este domingo la celebración de la misa principal de su visita apostólica a México, ante más de 600 mil personas congregadas en el Parque Bicentenario de Silao, en Guanajuato.La ceremonia religiosa comenzó con un mensaje de bienvenida del arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago.
 
Durante la misa este domingo participaron 250 cardenales, más de 100 obispos de México y los presidentes de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y del Caribe.
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El Papa Benedicto XVI realizó este domingo la celebración de la misa principal de su visita apostólica a México, ante más de 600 mil personas congregadas en el Parque Bicentenario de Silao, en Guanajuato.
A la celebración eucarística asistieron el presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, los candidatos a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, del PRI-PVEM, Josefina Vázquez Mota, del PAN, Andrés Manuel López Obrador, del PRD, PT, MC y Gabriel Quadri de la Torre de Nueva Alianza, al igual que gobernadores, legisladores federales y locales, presidentes municipales, empresarios e importantes personajes.

Luego de un recorrido en el Papamóvil, que duró casi 30 minutos y lo llevó a estar en contacto con la mayoría de los feligreses presentes, el líder católico se retiró a la sacristía donde se preparó para el inicio de la ceremonia eucarística.

Desde el altar mayor del Parque el obispo de Roma introdujo la celebración en la cual participaron unos 250 cardenales, más de 100 obispos de México y los presidentes de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y del Caribe.

Junto a ellos estuvieron prelados de todo el Continente Americano además de tres mil sacerdotes. La misa fue animada por una orquesta de 60 músicos y un coro compuesto por 200 personas.

Unas 60 pantallas gigantes permitieron a los presentes seguir todos los detalles del culto religioso.

Durante la misa el obispo de Roma pronunció un sermón y, al finalizar la misma, entorno del mediodía, rezará la oración mariana del Angelus Dominitras la cual dirá unas palabras.

Joseph Ratzinger regaló a la arquidiócesis local un mosaico de grandes dimensiones con la figura de Cristo Rey y bendijo 91 reproducciones de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, las cuales serán distribuidas en todas las diócesis de México.

Benedicto XVI regresó en la tarde a León donde dió un discurso ante obispos de toda América Latina, un mensaje que generó expectativa en una región donde el catolicismo tiene aún una presencia mayoritaria, pero que se ha sentido marginada durante los siete años de su papado.

Grupos de jóvenes pero también matrimonios y hasta algunas familias, acamparon cerca del parque para obtener un lugar privilegiado durante la celebración de la eucaristía considerada el punto culminante del viaje.

Este sábado, el Papa se reunió con el presidente Felipe Calderón en Guanajuato, la capital del estado del mismo nombre y a unos 60 km de León, un acto cuyo comienzo se demoró ante la afluencia masiva de fieles a lo largo de la carretera para saludarlo.

La entrevista con Calderón abordó temas como la prevención de la incorporación de los jóvenes a los violentos grupos criminales del narcotráfico, un tema que preocupa al Papa, explicó a la prensa el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Calderón llevó ante el papa Benedicto XVI a ocho víctimas de la violencia contra el crimen organizado, entre ellos a personas que fueron secuestradas y familiares de policías, militares y funcionarios muertos o desaparecidos, y la madre de un joven asesinado en una matanza perpetrada por narcotraficantes.

Poco antes, un grupo de víctimas de abusos sexuales por parte del fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo que falleció en 2008, leyeron en León, la ciudad donde Benedicto XVI se ha alojado durante la visita, un manifiesto en el que acusan al Papa de haber hecho oídos sordos a su drama.

"No se nos escuchó ni se nos creyó oportunamente. Durante mucho tiempo fuimos ignorados", señaló el manifiesto.

El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi consideró que es "muy injusto" considerar que el Papa buscó ocultar el escándalo sobre Maciel o que no hizo nada. Señaló que hay muchos documentos que muestran lo contrario.

Pese a su avanzada edad, el Papa no mostró signos de fatiga durante los largos desplazamientos por carretera y lucía un semblante complacido ante las efusivas manifestaciones de cariño de miles de mexicanos.

Benedicto XVI llama a familias de migrantes a reforzar su fe

El papa Benedicto XVI llamó el domingo a los mexicanos a reforzar su fe en la iglesia principalmente a las familias afectadas por la migración, la pobreza o la violencia ligada al narcotráfico.

Al finalizar la misa con un gran número de asistentes bajo un monumento a Cristo, el sumo Pontífice pidió en una oración a La Virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, bendecir a la región.

"En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza", dijo el Papa.

"Deseo poner nuevamente bajo la dulce mirada de Nuestra Señora de Guadalupe a esta País y a toda Latinoamérica y el Caribe", dijo Benedicto al terminar la misa y antes de rezar un Ave María. "Le suplico ahora que su presencia en esta querida Nación continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana".

El líder de la Santa Sede acudió al lugar de la misa en un helicóptero del ejército volando desde la casa de una congregación de religiosas donde descansa durante su estancia en México. Recorrió en el papamóvil diferentes partes del parque donde ofició la celebración religiosa, portando un sombrero charro y saludando con la mano a los fieles que formaban filas apiñadas por todo la plaza pública.

En su mensaje, también exhortó a los mexicanos y latinoamericanos a no ceder a otros movimientos religiosos y en cambio purificar su corazón y reafirmar su fe a pesar del sufrimiento que predomina en la región.

El Papa ofició misa con la participación de unas 550 mil personas reunidas bajo los fuertes rayos del sol en un parque público en la ciudad central de Silao con un monumento a Cristo como fondo.

Benedicto XVI expresó que su misión en el continente americano "tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan la tentación de una fe superficial y rutinaria".

La imagen de la denominada "Virgen Morena," en la que centró su rezo después de la misa, es muy popular en capillas y altares tanto en México como en ciudades en Estados Unidos con poblaciones concentradas de latinos.

Guanajuato, el estado de la visita apostólica, es uno de los tres que más exportan migrantes al extranjero de las 32 entidades de México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Sin embargo, mexicanos dejan familias atrás en muchas regiones del país en busca de trabajos en Estados Unidos.

El Papa recalcó que ahora que han transcurrido 200 años de la independencia de México, los mexicanos deben pedir "un corazón puro".

La exclamación de fe ayuda "a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica".

Abrió la misa presentando un regalo de un mosaico de Jesucristo para ser colocado en el monumento de Cristo.

Miles de personas quienes recibieron con banderas y globos entre cánticos y coros de "Cristo Vive" a Benedicto XVI, guardaron absoluto silencio durante la misa para escuchar sus palabras. El cielo lucía despejado y a la izquierda del altar donde Benedicto habló a sus fieles estuvo como fondo el cerro que alberga la estatua de Cristo Rey, una copia del Cristo redentor de Río de Janeiro.

Pese al sol inclemente, la gente no se retiró del parque. Portaban sombreros o gorras, unos se cubrían el rostro con playeras y otros formaban abanicos con hojas o folletos para soportar el calor. Voluntarios distribuyeron botellas de agua para hidratar a los asistentes.

A la hora de la comunión, seminaristas, laicos y sacerdotes se distribuyeron por todo el parque para ofrecer con canastas de hostias para ofrecer a los fieles.

Los fieles creyentes llegaron caminando kilómetros de distancia ya que las carreteras están cerradas, cargando sillas plegables, galones de agua, comida y cobijas. Cientos de sacerdotes jóvenes gritaban "Cristo Vive".

Benedicto deseaba acudir al estado de Guanajuato específicamente para ver y bendecir la estatua, que deseaba ver su antecesor Juan Pablo II pero nunca pudo, dijo el vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi.

La estatua de bronce, de 22 metros (72 pies) de altura, representa al Altísimo con los brazos abiertos y recuerda a los mexicanos la cruenta revuelta de 1926-1929 de los cristeros contra el gobierno por sus leyes anticatólicas que llegaron a prohibir incluso las misas en público como la que oficiará Benedicto ante unas 350 mil personas, según los pronósticos de los organizadores del evento.

El estado de Guanajuato fue escenario de algunos de los enfrentamientos más cruentos en la Guerra de los Cristeros y la región sigue siendo un bastión del conservadurismo católico en México.

Desde su llegada, el Papa de 84 años se ha enfocado en denunciar la violencia que sufre el país a raíz de la guerra contra el narcotráfico y en proteger a la niñez de México del hambre y el sufrimiento.

El Papa aseguró la víspera que los niños de México ocupan un lugar importante en su corazón, "particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre, que en estos meses, a causa de la sequía, se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones" del país.

De los 43.5 millones de mexicanos menores a 20 años, 36.2 millones (83.2 son católicos, ligeramente por debajo del promedio nacional. El mayor grupo de mexicanos son niños de entre 5 y 9 años, un sector al que Benedicto XVI ha apuntado para fortalecer a la Iglesia.
 
 

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