martes, 27 de diciembre de 2011

Todos quieren ser el candidato elegido


En México, ganar la presidencia es vista como una inversión que conjuga deseos, negociaciones, alianzas, complicidad y habilidades histriónicas para interpretar un papel.

Eso es lo que opina el autor Jenaro Villamil en su libro “Si Yo Fuera Presidente: Enrique Peña Nieto, sin Máscara ni Maquillaje”. En el ámbito laboral la situación es muy similar: una persona puede tener una carrera, pero eso no es, ni por mucho, suficiente para convertirse en el candidato elegido para una promoción, un nuevo proyecto o un aumento salarial.

Lejos de lograrse de la noche a la mañana, ser parte del top de la empresa implica entrenarse para tener actitud profesional, indicador que pesa hasta un 80% en los trabajos, más que los conocimientos, dice Maria del Pilar Costal, académica de la carrera de Administración y Mercadotecnia de la Universidad Panamericana (UP).

Para lograr ser el 'ganador' se empieza por entender que hay dos caminos. El primero es el de la 'miseria', es decir, vivir en el papel de víctima porque tienes exceso trabajo, y detestas a tu jefe y compañeros. El otro, la 'abundancia', implica esforzarte para que las personas perciban lo que haces y qué tipo de profesionista eres, menciona César Solares, director general de Dale Carnegie, firma experta en soluciones corporativas.
En México, por cierto, tres de cada 10 empresarios desea tener personal más proactivo y que demuestre compromiso a la organización; mientras que dos de cada 10 andan tras colaboradores que presten atención a su productividad, indica una encuesta elaboradora por el portal Trabajando. com, entre 3,000 personas.

Haber tenido buenas calificaciones no garantiza la cumbre. Lo que sí permite alcanzar ese objetivo es tener un plan estratégico. Primero “debes saber lo que quieres, puede ser brincar a una dirección o un organigrama más territorial (cambiar de ciudad), sea cual sea el logro hay que fijar metas a corto, mediano y largo plazo, y definir con qué herramientas las lograrás y en cuánto tiempo”, opina María Mónica Cavagna, catedrática de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana.

Otra regla importante es recordar que el trabajo bien hecho tampoco es lo único para llegar a la cima. Es un elemento que ayuda, pero quien realmente avanza es el o la que se gana a un equipo, apunta Cavagna. A eso, hay que agregar otros ingredientes, aquí una lista de los puntos a desarrollar y cuáles evitar para lograr posicionarse como el colaborador más 'candidateable' dentro de una empresa.

1. El arte de relacionarse

Una de las clases más populares en la escuela de negocios de la Universidad de Stanford es Path to power (Pasos hacia el poder). Lo que enseñan ahí es elmanage up, es decir, relacionarse con los altos mandos para “moverse a lo top”. El diccionario Urban Dictionary define ese término como el procedimiento de manejar o dirigir a tu superior de manera que tú puedes hacer tu trabajo sin interferencias.

Si estás ocupado o eres introvertido(a), lástima, tienes que cambiar esa actitud, porque para escalar empresarialmente ser bueno en lo laboral no basta, hay que interactuar con quienes resultan estratégicos para promoverte.

¿Qué hacer? Necesitas estar informado del universo que rodea a la empresa y eso incluye entender qué tipo de dinámica laboral agrada a tus superiores, y cuál aborrecen. Pregunta, observa comportamientos y una vez que identifiques qué es lo que prefieren adáptate a tal forma de trabajo.

Otro elemento importante es ser fiel a la organización aunque presente problemas temporales, no se vale huir a la primera dificultad.

Error. Ser el ermitaño de la oficina, querer hacer todo en forma individual y no conocer ni el nombre de quienes conforman el equipo de trabajo. Ése, es el primer paso que condena a no ascender.

Aunque el ritmo de trabajo se arduo hay que tener tiempo para identificar por dónde 'respiran' los jefes y las demás personas importantes de la oficina. Ser capaz de adelantarse a las necesidades de un superior y hacer alianzas con quienes puedan apoyarte en caso de la promoción, también funciona.

Los directores se fijan para una promoción en cómo interactúa la persona con los demás, menciona Solares.

2. 'Cacarea' tus intenciones

Si se quiere un ascenso hay que ser claros en esta intención, los jefes deben “saber a qué estás jugando”, dice Cavagna.

Al llegar a ese punto, necesitas tener bajo la manga argumentos para posicionarte como el mejor, es decir, tener resultados numéricos de tus logros, hablar de cómo has aportado mejores resultados a tu área, y qué tan bien te mueves en la empresa y satisfaces sus objetivos.

¿Qué hacer? Diseñar una propuesta para autopromocionarte en la oficina bien argumentada, hazla, incluso, por escrito. Hay que mantener un discurso de ataque sobre lo que ganaría la empresa si te promueve.
Por ejemplo, un político puede hablar sobre la popularidad y posibilidades de triunfo que le representa a su partido en caso de ser “el elegido” para candidatearse a la presidencia.

Así, véndete como el más enterado del puesto, busca información de todo el universo que rodea a la empresa, las tendencias de la industria, lo que hacen los competidores. Para ello, podrías necesitar de la información que te brinden otros en la organización y fuera de ella, de ahí que es vital entrenarse en cómo generar un networking (red de contactos) efectivo.

Error. Querer comerte el pastel sólo. Moverse a otro puesto a escondidas, ocultando tus intenciones a jefes y compañeros cierra las puertas de un ascenso porque tarde o temprano necesitarás del apoyo de los demás para seguir ascendiendo en la carrera.

Además, a largo plazo requerirás de un equipo que te respalde y asesore en tus áreas débiles.


 3. Negocia con asertividad

Si el escenario que buscas, además de ascender laboralmente, es recibir más salario, tienes que demostrar a los jefes que cada peso invertido en ti se traducirá en resultados atractivos.

¿Qué hacer? Cuando solicites el incremento lleva contigo iniciativas para respaldar que quieres más dinero, como un nuevo proyecto o una solución para ofrecer algún problema en el área. Investiga previamente, salir con proyectos 'guajiros' de poco alcanza te perjudica en lugar de ayudarte.

“Hay personas que hacen muchas promesas y al momento de querer cumplirlas resulta que su falta de conocimiento o sobrecarga laboral las rebasó”, dice Merryl Naughton en el libro How to get a pay rise (Cómo conseguir un aumento de sueldo).

Error. Llegar a la negociación sin un proyecto que interese al jefe. Los 'extras'salariales se logran cuando usas ejemplos de cómo una acción emprendida por ti representará ganancias a la organización.

Si aburres con argumentos sobre lo mal pagado que eres por todo lo que haces no obtendrás nada. Ser entregado es un componente básico de tu trabajo, no es algo por lo que los jefes paguen más. Pero, si logras ‘vender’ otras iniciativas y habilidades interpersonales, como la capacidad para resolver problemas, tienes mayor oportunidad de conseguir un 'sí' ante la petición salarial.

Evita, a toda costa, el error garrafal de negociar un aumento hablando de que tienes múltiples ofertas en otros lugares.

Para Cavagna un elemento primordial cuando se buscan los ascensos es hacerte de un buen equipo que respalde, no sólo de alguien que adule. Además es importante prever escenarios para entender cómo podrías librarte de un conflicto.

“No importa que metas la pata, lo importante es el estilo con el que sales”. Si eres un político y directivo estarás bajo el escrutinio, es necesario estar preparado para enfrentar, por ejemplo, una crisis de imagen.
Y, en este tema, hay algunos políticos que todavía tienen mucho que aprender.

Por Ivonne Vargas Hernández @iv_vargas
Diciembre 25, 20112 Comentarios

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