jueves, 4 de octubre de 2012

Barack Obama y Mitt Romney pegan, pero no tiran

En su primer enfrentamiento verbal a corta distancia, el Presidente y su rival republicano centraron sus ataques en materias económica y de salud

 
 





 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de octubre.- El presidente Barack Obama y el candidato presidencial republicano Mitt Romney chocaron ayer en torno a divergentes propuestas de política económica y sobre el papel del gobierno en Estados Unidos, en el primero de tres debates previos a la elección del 6 de noviembre próximo.

Romney, que llevaba semanas en desventaja en las encuestas, pareció el más agresivo y hasta más preciso por momentos en un encuentro que algunos esperaban le permita cambiar la narrativa de una campaña electoral que hasta ahora ha sido en su contra.

Las previsiones eran de que dado que Obama está más limitado por la necesidad de defender lo que ha hecho, Romney tendría la ventaja y sería probablemente el ganador de la velada. Pero falta por ver si los estadunidenses consideran el debate como un punto decisivo.

La economía es el punto de referencia tradicional en cuanto a la actuación de un Presidente, y en ese sentido se consideraba que Obama estaba en desventaja en un debate dedicado a la economía. Pero el debate político ha derivado más bien hacia lo que se espera sea el futuro del país.

Pero si alguien esperaba que alguno de los dos lograra asentar un devastador golpe (retórico) a su contrincante, quedó seguramente decepcionado. Ambos, el Presidente que busca la reelección y el candidato que aspira a remplazarlo, subrayaron sus divergencias, pero no lograron rebatir al otro.
De hecho, y a pesar de las analogías pugilísticas que acompañan a los debates políticos estadunidenses, el de ayer tuvo momentos de humor. El presidente Obama inició su intervención con una felicitación a su esposa Michelle, en el 20 aniversario de su matrimonio, y le prometió que el año próximo “no celebraremos frente a 40 millones de personas”.

Romney, a su vez, felicitó a la pareja presidencial y dijo estar seguro que el Presidente no podría estar en un sitio más romántico...

La cordialidad aparente no hizo sombra a los contrastes político-ideológicos entre los dos, que fueron de impuestos a política energética, de creación de empleos a educación, de subsidios a gasto público y cuidado de salud, en un intercambio que se enfocó en temas domésticos y sólo aludió de pasada a temas internacionales.

Interrogados sobre el papel del gobierno en el país, Obama indicó que para él es el de proteger, abrir y asegurar posibilidades de avance y progreso a los estadunidenses.

Romney, por su parte, señaló que no es el papel del gobierno elegir “ganadores y perdedores” sino el de asegurar el ambiente para el desarrollo de la empresa privada y la clase media.

Obama hizo referencia a los que considera éxitos de su gobierno, de haber logrado contener la “masiva crisis económica” en desarrollo cuando llegó al poder en 2008, a la creación de “cinco millones de empleos” y de haber reimpulsado sectores de la economía, mientras Romney hizo referencia al desempleo y el exceso de gasto público: “no se balancea el presupuesto con la creación de impuestos”, dijo.

Romney, en ese sentido, anunció que de ser electo eliminaría la reforma de salud que los republicanos califican como “el cuidado de Obama” (Obamacare) y gastos gubernamentales que consideró como superfluos, como el subsidio a la cadena de televisión pública PBS, aunque reconoció que como otros, adoro a Abelardo “de la serie Plaza Sesamo” (en inglés, el Big Bird).

Ambos estuvieron de acuerdo en cuanto a mantener programas de asistencia como el de seguridad Social, ayuda médica y de medicinas a los ancianos, pero señalaron también la necesidad de reformarlos para asegurar su permanencia. Y mientras Obama lo ve como labor del gobierno, Romney hizo hincapié en que la intervención privada los haría más eficientes.

Una divergencia similar surgió en torno a la educación y respecto a qué hacer para tratar de que Estados Unidos superen lo que muchos consideran un marasmo gubernamental motivado por posturas políticas opuestas de ambos partidos.

El debate había sido programado para seis segmentos de 15 minutos cada uno y en teoría cumplió con ellos, pero el moderador del evento, el veterano periodista de televisión Jim Lehrer –que conduce el noticiero de la PBS–, fue varias veces sobrepasado por los oradores, que lo interrumpieron y de hecho intervinieron fuera de turno.

Ambos hicieron hincapié en su deseo de beneficiar a la clase media aunque difirieron en la forma de hacerlo en torno a impuestos.

De hecho, Romney acusó a Obama de “aplastar” a la clase media y protagonizar un gobierno de escaso crecimiento económico, desempleo, una creciente deuda y problemas para la mayoría de los estadunidenses.

Obama recordó que heredó una brutal crisis económica y que se logró contenerla, al tiempo de que reiteró acusaciones a su adversario de tratar de reducir impuestos para los ricos y de hacer propuestas sin fundamento real, incluso de regresar a planes fallidos como el aumento de gasto con recorte de impuestos y menor regulación.

Los temas internacionales fueron literalmente ignorados, excepto en alusiones incluidas en los planes delineados por Romney según los cuales buscará incrementar el crecimiento económico estadunidense mediante medidas como el aumento del libre comercio con América Latina, presionar a China y la independencia energética de Norteamérica.

Obama indicó que una de las mejores formas de asegurar el crecimiento económico será el usar el dinero “ahorrado” con el final de las guerras de Irak y Afganistán para la inversión en Estados Unidos en lo que definió además como un “nuevo patriotismo económico” sobre la base de que su país está mejor cuando la clase media está mejor.

El segundo debate será el 16 de octubre en Nueva York y el tercero el día 23 en Florida. El 11 de octubre habrá una confrontación entre el vicepresidente Joe Biden y el diputado Paul Ryan, compañero de fórmula de Romney.

Mitt no daría más permisos

La campaña del candidato presidencial republicano Mitt Romney declaró ayer que si éste gana las elecciones, no otorgará más visas ni permisos de trabajo temporarios a jóvenes en situación migratoria irregular que ahora se están beneficiando con un nuevo programa de suspensión temporal de deportaciones aprobado por el presidente Barack Obama.

Amanda Henneberg, portavoz de la campaña de Romney, dijo que el ex gobernador de Massachusetts se abocaría rápidamente a reemplazar el programa temporal por una reforma migratoria permanente.

“Mientras mantiene cualquier exención temporal y permiso de trabajo que el gobierno de Obama otorga a través de este programa, y paraliza la emisión de nuevas exenciones y permisos, el gobernador Romney se abocará a reemplazar rápidamente la medida temporaria y provisional del presidente Obama por una reforma migratoria permanente y real que ofrecerá seguridad a esos jóvenes que fueron traídos al país ilegalmente cuando eran niños, sin que fuera culpa de ellos”, dijo Henneberg en un mensaje de correo electrónico.

La portavoz confirmó así que los permisos de trabajo y visas ya entregadas a jóvenes inmigrantes a través del programa se mantendrían en vigor, como declaró el candidato al diario Denver Post el lunes. Romney también ha expresado en el pasado la necesidad de reemplazar el programa temporal de Obama por una solución permanente al problema migratorio. Con la última declaración de su campaña, sin embargo, el candidato fue más específico, al mencionar que no emitiría más visas especiales o permisos de trabajo temporal a jóvenes inmigrantes si llega a la Casa Blanca.

En junio, Obama anunció una nueva política que permite que algunos jóvenes que fueron traídos de manera ilegal a Estados Unidos cuando eran niños eviten ser deportados. Los jóvenes –conocidos como dreamers– tienen que cumplir con una serie de requisitos impuestos por el gobierno para poder beneficiarse de la política, conocida en inglés como “deferred action for childhood arrivals” (DACA).

Algunos describieron la iniciativa como una maniobra de Obama para captar el voto de los hispanos, un sector que expresó su decepción con el presidente al no ver cumplida su promesa de una reforma migratoria integral.

Prensa ve ganador a republicano

Las primeras encuestas instantáneas tras el primer debate presidencial de Estados Unidos dan una clara victoria al candidato republicano, Mitt Romney.

El 67% de los espectadores de la cadena CNN consideró que Romney ganó el primer debate presidencial frente al actual presidente, Barack Obama.

Según una encuesta instantánea realizada por la cadena, sólo 25% de los encuestados consideró que Obama se había hecho con la victoria.

Además, 61% de los 430 adultos encuestados por la cadena, aseguró que el Presidente estadunidense lo había hecho peor de lo esperado.

La encuesta de la cadena CNN tiene un margen de error de más- menos cuatro puntos porcentuales.
En el debate, Romney aseguró también que no quiere “ir por el camino de España”, que, según él, dedica más de 40% de su presupuesto público “al gobierno”.

Romney hizo esa afirmación durante el primer debate televisado con el presidente y candidato demócrata a la reelección, Barack Obama, que se celebró en la Universidad de Denver.

“España gasta 42 por ciento de su economía total en el gobierno. Nosotros (Estados Unidos) estamos gastando ahora 42 por ciento de nuestra economía en el gobierno”, indicó Romney.

“Yo no quiero ir por el camino de España. Yo quiero ir por el camino del crecimiento que pone a los estadunidenses a trabajar, con más dinero que entra porque están trabajando”, agregó el aspirante republicano.

Durante el debate con Obama sobre las propuestas de ambos para reducir la elevada deuda pública de EU, Romney mencionó únicamente a España y no a otros países europeos.

José Carreño Figueras Especial, AP y EFE / Fotos: AP
2012-10-04 05:09:00
EXCELSIOR


No hay comentarios:

Publicar un comentario