jueves, 20 de octubre de 2011

Adiós alianza, y Peña: feliz



La alianza que habían integrado políticos del PRI y del PRD desde el 2010 con una fracción del panismo liderada por el presidente Calderón, para tratar de obstaculizar el crecimiento de Enrique Peña Nieto, comienza a fracturarse. El deseo enfermizo por conservar y/o acrecentar su poder al interior de la estructura gubernamental conduce a los artífices de la alianza a traicionarse entre ellos mismos.

Consecuente con su trayectoria política el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, le aplicó una zancadilla al senador priísta Manlio Fabio Beltrones, al declarar que si no se aprobaba la figura de gobierno de coalición, el regreso del PRI sería inminente, por lo que no había de otra, o gobierno de coalición o el nefasto regreso del partido tricolor.

De inmediato Beltrones descifró la maniobra, Ebrard buscaba hacerlo aparecer como traidor al PRI, con la finalidad de inducir una fractura al interior del partido tricolor y con ello aislar al senador, para en forma posterior reposicionarse al interior de la alianza como el más viable precandidato presidencial, con el apoyo de la estructura del PRD, que domina la corriente Nueva Izquierda y del gobierno de Calderón.

La jugada no le fructificó. Beltrones cuenta con un largo kilometraje recorrido en el terreno político, sabe de las debilidades humanas, de estrategias, del cómo sumar conciencias ya sean de izquierda o de derecha, y/o alinear a los enemigos, etcétera, por lo que clases de artimañas no le va a venir a dar el jefe de Gobierno del DF.

De ahí que a través de la revista Impacto, bajo la firma de Juan Bustillos, su “compadre”, el político sonorense envió el siguiente mensaje: “Como en los mejores tiempos, en los que el equipo de Manuel Camacho tendía trampas día tras día al de Luis Donaldo Colosio, Manlio Fabio Beltrones salió de la construida por Marcelo Ebrard… el jefe del Gobierno del DF y aspirante presidencial del PRD ofreció la propuesta del coordinador de los senadores priístas como la única solución para evitar la ‘catástrofe’ que significaría el regreso del PRI a la Presidencia.
Planteado así, Marcelo dejaba a Beltrones como lo que no es, traidor al PRI.”

El golpe se lo regresó a Ebrard el ex gobernador de Sonora cuando finalmente logró que por mayoría los senadores aprobaran conferir la medalla Belisario Domínguez al fundador del partido del sol azteca: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, debido a que con ese homenaje la imagen del ex candidato presidencial vuelve a cobrar fuerza y presencia entre las corrientes de la izquierda, cuando falta poco para que por medio de una encuesta elijan a su candidato a la Presidencia de la República.

Al otorgarle la medalla Belisario Domínguez, Cárdenas vuelve a colocarse en medio de candilejas y lo que diga influirá sobre el ánimo de los electores que participen en la encuesta. Y no hay que descartar que bajo un discurso conciliador el hijo del general Lázaro Cárdenas busque inclinar la balanza hacia la causa de López Obrador.

Es del dominio público que durante el gobierno de Marcelo Ebrard en el DF los amigos cercanos de Cárdenas, como por ejemplo, Marcos Rascón, padecieron del bloqueo, la marginación.

Al conferirle la medalla Belisario Domínguez al ingeniero Cárdenas, el senador sonorense mató dos pájaros de un tiro, ya que con ello también colocó en un serio aprieto al presidente Calderón que en las últimas semanas le ha metido todo al asador para que María Luisa “la Cocoa” Calderón, la candidata del PAN al gobierno de Michoacán, gane los comicios del 13 de noviembre.

Al resucitar a Cárdenas se le inyecta oxígeno a la izquierda en Michoacán en demerito de la hermana del presidente Calderón. Todo se conjuga para que el candidato a la gubernatura del PRI, Fausto Vallejo, gane las elecciones, y si la Cocoa pierde los comicios, se iniciará con mayor fuerza la debacle del panismo a nivel nacional.

Calderón incurrió en un error de estrategia al declarar al influyente diario norteamericano The New York Times que el priísmo es capaz de negociar o pactar con los capos del narcotráfico. Por eso mismo el líder de los senadores priístas se vio precisado a tomar distancia del Presidente “golpeador”. Dentro de ese contexto fue como finalmente se decidió por operar para conseguir el consenso mayoritario de los senadores a favor de Cuauhtémoc Cárdenas.

Da la impresión de que el senador Beltrones de nuevo regresa al redil. Ya pudo darse cuenta en carne propia que no puede confiarse de Calderón ni de Ebrard. Tal vez por eso el precandidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se le nota feliz y relajado.

Carlos Blanco
http://www.elarsenal.net/2011/10/20/adios-alianza-y-pena-feliz/

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