martes, 29 de noviembre de 2011

Luisa María no sólo perdió la elección, sino también el estilo, al no aceptar la derrota

El ‘Cocoazo’

El caso de la hermana del Presidente Calderón presenta aristas de una propuesta agotada, de una dinastía que no llegó a ser y la repetición de un examen reprobado en tierras michoacanas.
 
A quienes están cerca del poder, la memoria los traiciona y la realidad les enoja. No cuentan con la objetividad suficiente para entender por qué no pueden perpetuarse en el poder, ni por qué la gente que le sonríe al puesto y no a sus personas, está cansada de aguantarles. El caso de Luisa Calderón presenta aristas de una propuesta agotada, de una dinastía que no llegó a ser y la repetición de un examen reprobado en tierras michoacanas.

SUEÑOS DE OPIO

El discurso -gratuito y sin sustento- que trata de excusar la derrota en la supuesta intervención del crimen organizado, le hace perder de vista que eran más las razones para no imponerse como candidata, que las que la pudieran llevar a la silla de gobierno. Pero aún así, fue beneficiaria de un acto dedocrático, instrumentado por incondicionales que no requieren de instrucción directa.

Las encuestas son la mejor forma de engañarse a sí mismo, y más cuando son pagadas por el suspirante. En tanto que la sociedad mexicana avanza suficientemente para lograr la madurez de sostener sus convicciones, sin que parezca razonable sumarse ciegamente a la borregada, seguirán haciendo negocio los vendedores de cargadas estadísticas, los diseñadores de muestras sesgadas, sí, los profetas por encargo.

Sin embargo, parece poco serio el tratar de denostar al vencedor, cobijándose en un comando particular pagado con recursos públicos, y bajo el fuero informal que provee el derecho de picaporte en Los Pinos.
Los albicelestes suelen considerar valiente el abusar de las prebendas que da el poder. Sin embargo, visto a la distancia, su actuar se verá como algo inadmisible que -tarde o temprano- quedará prohibido en ley.

Fueron tantas décadas de oposición, que llegar a la oficina, leer insufribles discursos o viajar a ceremonias oficiales les parece valentía. Envolverse en buenos deseos, sin resultado que rendir, les hace pensar que han encontrado lugar en la historia, siendo lo real que no son sino pasajeros bravucones que serán medidos por lo que hicieron y no por lo que dijeron.

Cuando estén fuera de la residencia oficial se darán cuenta que los valientes son los que aportaron sangre, los secuestrados o quienes lo han perdido todo en este negro episodio de la historia. Los gobernados son quienes han tenido la valentía de soportar a un equipo de improvisados.

Debemos ser claros y señalar que la calidad de autoridad no se transmite por parentesco, ni se irradia por cercanía afectiva. Quienes se vuelven usufructuarios de escoltas y atenciones de la alta burocracia, más por servilismo que con sustento en ley, se olvidan que su actuar ofende a la sociedad e infringe la norma. No obstante, se agravian cuando no son tratados como familiares de monarcas o dictadores, cuando sus caprichos no se cumplen o cuando no les favorece el voto popular.

La ex senadora, que será impuesta en lista plurinominal, no sólo perdió la elección, sino también el estilo, al no saber aceptar una derrota, un resultado infinitamente más creíble y apegado a derecho que el que colocó a su hermano en la silla presidencial. Perdió dos veces.

Nadie rebatirá la pataleta, pero ello no la vuelve real, aunque el titular de la SEGOB agradezca el inmerecido nombramiento haciéndole segunda.

LA VERDAD NO PECA...

Antes de emitir sentencias, sin contar con facultades legales para ello, así como antes de lanzar bravatas sin aportar prueba alguna sobre ligeros dichos, sería conveniente para la candidata que llegó en segundo lugar que valore los hechos siguientes:
•El número de guaruras con rango y agentes secretos en su entorno, impedían que la gente se acercara, haciéndola distante e inaccesible.
•La falta de cargos que acreditaran capacidades administrativas flotó en campaña, sin que fuera necesario armar discursos sobre el tema.
•El amable “no gracias” de Elvira Quezada, que daba clara muestra de que ni adentro se la habían creído, y que un hueso federal por un año, no valía ser canjeado por la expectativa de una secretaría estatal por tres años.
•El michoacanazo, que fue muestra de que se les da hacer acusaciones sin poder demostrarlas en tribunales, lastimando injustamente, no sólo a funcionarios sino a sus familias.
•El hacerse acompañar por funcionarios que -de dientes para adentro- la población señala por ineptos, corruptos e incompetentes.
•Un paso ignorado e infructuoso por el Senado de la República, no abonó en hacer creíble un amor por la tierra chica, a la que no se le ha aportado en los hechos sino trifulcas, bravatas y promesas sin cumplir.
•El paso por espacios públicos, en el que más de un michoacano fue vejado y atropellado por los cuerpos de seguridad de la dignataria sin cargo. Tal molestia pasaba de boca en boca, aunque no se reflejara en las encuestas.
•La preocupación, que parecía más amenaza, de que se llenara al estado de la cuatecracia característica de los prosélitos de la divisa azul.
•La aterradora promesa de que se replicara la fracasada estrategia federal a nivel estatal en materia de seguridad.
•Los notorios apoyos negados por dependencias federales, que aparecían en personajes que pedían anonimato, armados con “tarjetitas” de plástico.
•El pleito soterrado con las huestes de Diego.
•La desintegración familiar, de una feroz creyente.
•La residencia resbaladiza de los seres queridos.
•La forma en que arrolló al candidato natural, que tuvo que conformarse con aspiración a un municipio.
•Los señalamientos sin aclarar de las inversiones que -a su amparo- hizo la familia y parientes de Vega Casillas, particularmente en la zona contigua en Lázaro Cárdenas.
•La poca seriedad con que se integró la diputación federal albiceleste, donde privó el capricho y la incondicionalidad.
•La conformación de una Corte a modo en sustitución de la estructura partidaria en el Estado.
Estas son sólo algunas de las circunstancias que habría que considerar antes de pensar que fue el crimen organizado el que determinó el resultado, ya que en todo caso, sería una preocupación que la debió de ocupar desde Sinaloa, donde su partido obtuvo el triunfo o en todos esos estados del Pacífico donde el PAN o sus aliados han obtenido constancia de mayoría.

Le guste o no, deberá abocarse primero a los municipios ocupados por el crimen organizado en tierra caliente en los que sus pajes, obtuvieron presidencias municipales, sí, en esas localidades sujetas a escrutinio de las fuerzas armadas desde hace años, o, a la casualidad de que se desplegara un operativo federal en La Piedad en donde acabó “ganando” su partido.

Antes de lanzarse a una cruzada y combate que nadie le encargó, en el estado que le quedó grande, sería bueno que empezara con esos municipios complicados en los que llegó el PAN, seguramente por acuerdos de los que le dice le preocupan.

En todo caso, su dicho y despropósito sugieren que ella está tan sólo tres puntos abajo en la preferencia del crimen organizado, o peor aún, que el crimen organizado no la apoyó suficientemente. Sostiene en su defensa, que también ahí derrota el crimen organizado a los Calderón.

Para el mentado crimen organizado pareciera que resulta más cómodo un gobierno como el federal, que simple y sencillamente no ha podido con el paquete y que a unos meses de la entrega, sólo ha encarado la derrota ante el tráfico de sustancias prohibidas y armas, por lo que la hermana pudiera representar tres años más de recreo sin penas, ni cárcel.

MORENA

Mientras que López Obrador bautiza forzadamente a sus huestes, apelando al color mestizo de esta tierra y aludiendo a uno de los símbolos más enraizados de nuestra Nación, la virgen de Guadalupe, a la hija de Calderón Vega le hace sufrir el color de su tez. Prefiere que la engañen y le hagan pensar que algo de claridad hay en su piel, y se hace llamar “Cocoa”.

No es difícil entonces que quiera que todo un estado sueñe lo que ella quiere y los invita a creerse una fantasía de encuesta. Los medios de comunicación que le son afines, empezaron a compartir la frenética teoría de que estaba creciendo velozmente, pero la cruda llegó de manera aplastante.

La experiencia de varias campañas de Vallejo, no lo hizo caer en la tenebra de alguna encuestadora que le decía que sería de mala suerte no tenerla cerca. Menos le preocupó cuando la supuesta ventaja en las preferencias se sostenía en el oráculo norteño.

La confianza invadió al equipo que promocionaba a la pariente presidencial. Se hacían despachando en palacio. Quedará para la posteridad, el sello que -el día de la elección- presentaba la imagen que se había diseñado para la papelería de quien nunca gobernará.

La patria, ordenada y generosa, que conocía el talento del hermano ya le había colocado en segundo lugar, y un día que parecía un buen día, en efecto lo fue, para recordarle que los apellidos gustaban a los michoacanos para casi llegar, pero no para gobernar.

Salió a votar más de la mitad del padrón, en un estado dominado por una fuerza política experta en plantones y manifestaciones, pero no en administrar. Se puede decir de todo, pero no que hubo indolencia para evitar que la autonombrada “Cocoa”, pudiera colarse en un empate que se magnificara en instancias electorales.

No obstante, en la noche de la verdad, se apeló nuevamente a un medio punto porcentual, que ya los magistrados habían visto en 2006, presionados por los factores reales del poder que les hicieron llegar al cuestionado tribunal.

El michoacano, que sufre el doble embate de tener un gobierno federal azul y uno local amarillo, dijo basta. Saben que aunque la policía secreta calderoniana sigue diciendo que los delitos son del fuero local, los delincuentes detrás del homicidio, secuestro, extorsión, fraude y demás emblemas del reinado actual, son los cárteles, que diariamente se pitorrean de la autoridad federal. Sí, son hechos imputables a la delincuencia organizada del fuero que empezó la guerra sin fin.

El fraude electoral no encontró terreno fértil, y ahora los albicelestes pedían voto por voto. El ausente Maderito, rehuyó la posibilidad de encontrarse a Moreira, y, prefirió seguir en el D.F. armando cortinas de humo sobre falsificaciones que hoy enarbola él que no pudo armar un solo expediente en decenas de acusaciones del michoacanazo.

El candidato del PRD tuvo en su contra casi el setenta por ciento de los votantes y la novel aspirante en el mundo de la administración, casi el sesenta. Así es la democracia, gana el que más votos tiene, sin que necesite el reconocimiento de quienes respiran por una herida electoral.

Hoy, para autonombrarse demócrata, hay que hacer dos reflexiones. Primero, habría que hacer una llamada para felicitar al ganador como se hizo en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Llamada que ya tardó, porque antes se hizo cuando el conteo se cerró oficialmente. Segundo, hay que darse cuenta que la dedocracia a ningún lugar conduce. No sería bueno repetir el desatino con Cordero, para después pedir que la elección se repita.

NOMBRAMIENTOS CON MENSAJE

Por todos es sabido que Blake tenía preferencia, y era Vázquez Mota. En tiempo infortunado ese peso se disipó entre la niebla. Atrae la atención que en lugar de sustituir al funcionario por alguien con igual filia, se entregue a un personaje con trayectoria vaporística, que creció como la espuma y con la misma velocidad caerá, pero que tira para el lado contrario.

El bateador emergente, Poiré, tiene una clara afinidad por el ahijado de la dedocracia, y es correligionario con doctorado en arrogancia sin sustento, como el mismísimo Cordero, que vocifera desde la profundidad de su diez por ciento a los que le doblan, triplican o multiplican preferencia electoral.

¿Será acaso que la dedocracia encontró una nueva vía para aprovechar los tres meses que restan, para ungir a un candidato que se colgará de una meteórica tendencia pagada a tras mano? ¿Veremos la película dos veces?

En tanto, se comprende la rabiosa tendida de cortinas de humo. Digan lo que digan, todas las apuestas Moreira se las ha ganado. Una por una, ha cerrado la gran boca del partido oficial, de la rampante y voraz ineptocracia que bajo un manto de impunidad viene haciendo negocios multimillonarios, mientras sólo hay procuración de justicia para la oposición.

Dice Poiré que este sexenio está marcado por un ímpetu reformador, confundiendo la realidad con los deseos. Su fantasioso discurso preocupa, especialmente dado que no queda claro que realmente pueda distinguir los diagnósticos de los resultados.

Aunque seguramente se servirá de los colaboracionistas sembrados en el PRD y en el PRI, que le ha heredado Gil Zuarth, todo parece indicar que más que empezar, debiera estar cerrando un proceso parlamentario estéril y desesperanzador.

Por Gabriel Reyes Orona. Revista Impacto.

 http://revista.impacto.mx/Pol%C3%ADtica/1018-El-Cocoazo



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