domingo, 30 de septiembre de 2012

Paisaje, otro motivo para la inseguridad

Existen espacios urbanos que favorecen los delitos de oportunidad; alertan de lugares trampa, vulnerables al crimen

 
 
 

 
 

 
 



CIUDAD DE MÉXICO, 30 de septiembre.- Las apariencias no engañan, el paisaje urbano incide en la violencia y la inseguridad en las grandes ciudades; México no es la excepción.

“El delincuente, que es muy eficiente, hace un análisis rápido costo-beneficio y, efectivamente, escoge la parte alta de los cerros, o escoge los lugares oscuros o que están poco visitados para cometer el delito o para esconder el botín; nosotros les llamamos los espacios trampa, son lugares trampa, son muy vulnerables y nosotros deberíamos de erradicarlos de todas las ciudades”, explica Macarena Rau, vicepresidenta de la fundación canadiense CPTED.

El método CPTED, por sus siglas en inglés (Crime Prevention Through Enviromental Desing), busca reducir la criminalidad a través del diseño de ciudades desde el punto de vista arquitectónico y urbanista.

Se basa en cinco principios
:
1) vigilancia natural, “por ejemplo la iluminación nocturna es muy importante, sin tener que sobreiluminar se reduce la sensación de miedo de una mujer que camina sola por la noche”, detalla Macarena Rau.

2) Identidad urbana, el sentirse parte de las plazas públicas y los parques.

3) Tener un control natural del acceso, es decir, cómo caminamos y llegamos a la ciudad. “Muchas ciudades de México, yo me he encontrado, que están diseñadas para el carro, no están diseñadas para el peatón; las banquetas son malas, es difícil escapar en caso de que alguien me persiga, porque las banquetas son muy estrechas o no son parejas”, señala la vicepresidenta de CPTED.

4) La manutención de los espacios, para que estén alejados del delito, y 5) la participación comunitaria en el diseño del barrio o la comunidad.

“Creemos que el habitante de las ciudades es el experto en seguridad y por eso tiene que participar en el diseño, por lo tanto, sobre juegos infantiles debiera preguntársele a los niños que lo van a usar de qué manera los quieren”, comenta la arquitecta chilena.

Por ello se propone la elaboración de mapas del temor, es decir la aplicación de encuestas para determinar por dónde la gente se siente más insegura al caminar por su barrio, sin que eso tenga una relación directa con los índices de criminalidad de la zona.

Estos mapas de temor serán utilizados por primera vez en nuestro país en breve, como ya ha sucedido en países de Centro y Sudamérica con buenos resultados.

“Estamos a punto de empezarlo a pilotear en el puerto de Acapulco, en el marco de la estrategia Todos por Acapulco, que lanzo el Presidente hace unos meses. Estamos empezando a instrumentar el mapa de temor y de aspectos positivos en la comunidad”, señaló en exclusiva para Excélsior, Enrique Betancourt, director del Centro Nacional del Delito.

Al mismo tiempo se emplearán para crear un mapa de las cuestiones positivas de la comunidad. “Cuando uno hace buenas estrategias de prevención situacional y de CPTED, uno puede llegar a reducir hasta en 80% la percepción de inseguridad, 80% es muchísimo, eso ya está medido en ciertos casos de intervención y bajan en delitos específicos, pueden ir desde un cinco hasta un 12%”, subrayó Macarena Rau.

El método CPTED fue presentado en el marco del segundo foro internacional Prevención del delito e innovación social, en Tijuana, Baja California.

Ahí se expuso que 75% de la población mexicana vive en zonas urbanas, donde se concentra 95% de la incidencia delictiva. Por ello este método cobra relevancia en el tema de la pervención.

“Lo que se plantea a nivel de teorías y a nivel de investigaciones y con evidencia, es que los espacios que están mal diseñados son elegidos por los delincuentes de oportunidad”, advirtió Macarena Rau.

Casas de interés social afectan la convivencia familiar

La proliferación de unidades habitacionales y casas de interés social en los asentamientos urbanos contribuye a la violencia intrafamiliar, según el método CPTED, debido a que el diseño de las mismas termina por generar un ambiente negativo entre sus ocupantes.

“Investigaciones serias en el mundo han demostrado la fuerte relación que existe entre ciertos modelos de desarrollo urbano, viviendas pequeñas, grandes desarrollos habitacionales que no mezclan usos, sin espacio público, etc; demuestran que generan merma en la sociedad que se traduce en fenómenos de violencia importantes.

“No es coincidencia la forma en la que se han desarrollado nuestras ciudades y la violencia que estamos viviendo en el país”, explicó Enrique Betancourt.

Por ello se trabaja con el Infonavit para tratar de revertir lo que podrían considerarse bombas de tiempo.

“Infonavit ha venido cambiando su visión sobre el modelo que se ha generado. Hoy una de cada cuatro familias de México vive en un desarrollo financiado por el Infonavit, de ahí deriva la importancia de impactar los lineamientos de cómo se desarrollan las viviendas”. De esta manera, ya se trabaja para modificar las unidades habitacionales ya construidas y mejorar su diseño.

Carlos Quiroz
2012-09-30 08:14:00
EXCELSIOR

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