viernes, 18 de mayo de 2012

Derechos Humanos: candidatos perdidos en México

En México, la llegada de la democracia no mejoró la situación de los derechos humanos. Al contrario, en el sexenio de Felipe Calderón, los derechos humanos entraron en una crisis sin precedentes. Frente a esto, ¿qué han propuesto los candidatos a la presidencia? Casi nada.

El equipo de Arena Electoral se dio a la necesaria faena de recopilar las proposiciones de derechos humanos de los cuatro candidatos presidenciales. Su tarea fue casi un acto de fe. ¿Cómo creer en lo que no se ve? ¿Cómo recolectar lo que no existe? En un país donde en los últimos seis años han sido asesinados más periodistas que en la guerra de los Balcanes, los candidatos no tienen propuestas de políticas públicas concretas, creíbles, o realizables sobre derechos humanos.

En Arena Electoral revisaron las plataformas de los partidos. Hurgaron en los discursos públicos de los candidatos con la esperanza de encontrar algo que pudiera “considerarse una propuesta”; y leyeron los libros que los candidatos dicen haber escrito. Luego, invitaron a un grupo de expertos en derechos humanos para evaluar las ideas que encontraron.

El peor evaluado fue el candidato del Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri. Sus propuestas son las de alguien que quiere organizar una ONG, un partido político miniatura o una microempresa, pero no un país. Issa Luna Pla, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, lo dice con claridad: Quadri “confunde la aplicación de los derechos humanos con las prerrogativas […] de los partidos”.
Josefina Vázquez Mota también reprobó. Eso es grave porque su proyecto de derechos humanos debiera ser el más ambicioso. Es el sexenio del PAN el que ha dejado, según datos de la CNDH, más de 300 casos de desaparición forzada perpetrados por autoridades federales. Si Josefina insiste en que es “diferente”, su plataforma de derechos humanos era una oportunidad para probarlo.

Sin embargo, la visión que Vázquez Mota tiene de los derechos humanos reproduce los prejuicios del PAN y del presidente Calderón. Un ejemplo que ilustra lo anterior es su propuesta de “proteger la vida humana desde la concepción”. El problema con esta proposición es que viola el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Ricardo González Bernal, de la organización internacional Artículo 19, es contundente: la propuesta de Vázquez Mota es “contraria a los principios de derechos humanos”. Josefina es la primera mujer en la historia del país con posibilidades de llegar a la presidencia, pero sus propuestas van en contra de las mujeres.

Enrique Peña Nieto tampoco pasó la evaluación de Arena Electoral. Su plataforma de derechos humanos debió haber sido el eje de su campaña. Esa sería la prueba de que el triunfo del PRI no representa el regreso del pasado autoritario. Sin embargo, las propuestas de Peña Nieto se parecen mucho a las de Echeverría: buscan construir una imagen artificial de México como paladín de los derechos humanos, pero en el exterior. La doctora Tania Arroyo, de la UNAM, lo resume de esta manera: la propuesta de Peña Nieto “está diseñada para una proyección internacional”.

El PRI tiene muchos esqueletos en su clóset: la represión estudiantil de 1968, la desaparición de cientos de personas en los 1970, la opresión de indígenas zapatistas en 1994, la matanza de Acteal en 1997, la masacre de El Charco en 1998. Y Peña Nieto es responsable de la represión de Atenco en 2006. Su plataforma de derechos humanos hubiera servido para conocer cómo ha cambiado su partido, si es que lo ha hecho. ¿Cómo es el nuevo PRI distinto del viejo PRI? Ante la desastrosa visita de Peña Nieto a la Ibero, el PRI reaccionó de manera temible: estudiantes intimidados, manipulación de la prensa, investigación de los disidentes. Como lo advierte Antonio Martínez Velázquez: los priistas de hoy se parecen mucho a los priistas de los 70s. El desprecio por una política de derechos humanos lo confirma.

Andrés Manuel López Obrador fue el único candidato cuyas propuestas de derechos humanos pasaron la evaluación. Pero pasó apenas. Una de sus propuestas más importantes es la de rechazar las reservas que hacen inaplicables los tratados internacionales de derechos humanos en México. Sin embargo, olvida que dichas reservas existen por los perredistas, que de manera unánime votaron a favor de ellas. Otra de sus proposiciones consiste en crear una comisión de la verdad para esclarecer los crímenes del pasado. Pero se le olvida que en México ya hubo una fiscalía especial para eso, que fracasó en parte porque su partido así lo permitió. Fueron los miembros del PT, apoyados por perredistas como Pablo Gómez o Salvador Martínez Della Roca, los que aceptaron el cambio en el artículo 55 del código penal, que permite a los mayores de 70 años en prisión preventiva permanecer en la comodidad de su hogar: una amnistía de facto a los violadores de derechos humanos del régimen autoritario.

En un país con 50 mil militares en la calle y 18 mil migrantes secuestrados cada año, la pobreza de las propuestas sobre derechos humanos de los candidatos a la presidencia da miedo. La primera sección de la novela Los detectives salvajes de Roberto Bolaño define la circunstancia de los candidatos ante la situación de los derechos humanos en el país: “mexicanos perdidos en México”.

* Javier Treviño Rangel es licenciado en Relaciones Internacionales de El Colegio de México; maestro en derechos humanos y candidato a doctor en sociología por la London School of Economics. Es miembro del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE) y colaborador de Los Hijos de la Malinche.

Por: Javier Treviño-Rangel*
 Animal Político

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