viernes, 4 de mayo de 2012

El antes y el después de los presidentes

El paso del tiempo y las adversidades que enfrentan durante sus mandatos modificó la imagen y físico de los ex mandatarios mexicanos


 (Cuartoscuro/Archivo)
Los sexenios no solo pueden ser definidos a partir de sus éxitos y fracasos, también cuenta la imagen que tienen los mandatarios de México a lo largo de su periodo.
La manera en que los presidentes se han desenvuelto puede que no sea la misma al inicio que al final de sus seis años al frente del país, o con su más reciente apariencia. Conoce los cambios en los políticos que gobernaron al país en los últimos 30 años a través del análisis de la consultora en imagen Punto Focal.

Miguel De La Madrid Hurtado

 (Cuartoscuro/Archivo)
(Cuartoscuro/Archivo)

Miguel De la Madrid falleció el pasado 1 de abril de 2012, a los 77 años. Su sexenio estuvo marcado por el terremoto de 1985 en la Ciudad de México y por la “caída del sistema” en las elecciones de 1988, en las que resultó ganador Carlos Salinas, también del Partido Revolucionario Institucional.
“Su imagen se mantuvo seria y mesurada. Físicamente lucía impecable y su lenguaje corporal lo mostraba diplomático y propio. Era sin duda un buen orador”, explica Paola Casal, de la consultora Punto Focal.

Su antecesor, José López Portillo se había desenvuelto con mayor carisma, lo que remarcaba su poca expresividad y pasión. A pesar de esta imagen discreta, en los primeros días de su mandato se le veía fresco y sonriente.

“Hombre inteligente y culto, de modales, palabras y ademanes correctos, sin embargo no expresaba pasión”, agrega la consultora.

Carlos Salinas De Gortari

 (Cuartoscuro/Archivo)
(Cuartoscuro/Archivo)

El inicio de su presidencia estuvo marcado por la “caída del sistema” durante las elecciones de 1988, lo que ligaba el arranque del sexenio con una falta de legitimidad.

“Pero no se mostraba débil y en sus apariciones y discursos proyectaba firmeza y seguridad. Con su talla pequeña y su timbre de voz suave, Salinas sabía cómo persuadir y encantar a ciudadanos, empresarios y mandatarios del mundo. Se mostraba carismático y muy inteligente”, detalla Casal.

Su imagen física se mantuvo igual al final de su mandato y hasta nuestros días: bigote con el mismo corte y cabeza calva.

Ernesto Zedillo Ponce De León

 (Cuartoscuro/Archivo)
(Cuartoscuro/Archivo)

Ernesto Zedillo se convirtió en el candidato del PRI de manera abrupta, tras el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio, quien hasta ese momento había manejado una imagen positiva. Su forma sobria y reservada tampoco tenía la fuerza de Carlos Salinas cuando terminó su sexenio.

Su discurso tampoco era potente, detalla la consultora de Punto Focal, por lo que la vinculación y alusión a la imagen pública que se había construido Colosio fue capitalizada por él.

“Fue un presidente del que se dijo que fue hosco, por su falta de carisma y dura expresión facial, aunque hoy goza de una imagen mayormente positiva y cosmopolita”.


Vicente Fox Quesada

 (AFP/CNNMéxico)
(AFP/CNNMéxico)

Vicente Fox es conocido por haber terminado con 70 años de gobierno del PRI, y el primero del Partido Acción Nacional (PAN) en llegar a la presidencia.

“Alto, fornido, de voz grave, botas y cinturón, Fox se nos presentó con fuerza, frescura y cercanía”.
Durante su campaña su discurso fue duro y directo, usó palabras y expresiones coloquiales que lograron reunir el apoyo necesario. Su imagen rompió con la del político tradicional.

“Al contraer matrimonio con Marta Sahagún sufrió otro cambio: a pesar de su figura pequeña, la imagen de la primera dama denotaba un gran protagonismo y opacó al presidente. Fox proyectó entonces una imagen de bonachón y hasta de mandilón para sus críticos”, explica Paola Casal.

Felipe Calderón Hinojosa

 (Cuartoscuro Archivo/Notimex)
(Cuartoscuro Archivo/Notimex)

“De poca estatura y físico sobrio, el presidente Calderón ha mejorado su imagen física al usar elementos de corte y color en sus trajes a fin de transmitir firmeza y seriedad”, describe Casal.
La consultora en imagen de Punto Focal dice que su oratoria es buena, aunque su discurso es plano en tono y ritmo así como en el lenguaje corporal, que a veces se presenta con movimientos involuntarios y repetitivos.

“Su cabello ya es canoso y las líneas de expresión en su rostro son cada vez más claras, lo que revela el momento de dificultad de este último tramo de su sexenio”.

Por (QUIÉN)
Miércoles, 02 de mayo de 2012    
CNN MÉXICO

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