lunes, 16 de julio de 2012

El PAN vuelve a sentirse cómodo

 


“Se ha sembrado la prisa de muchos panistas por regresar a la oposición para encontrar un cómodo asidero al desconcierto. Desde ese vacío, sólo podremos ofrecer reflejos antipriistas que dicen muy poco sobre lo que somos”.

El anterior es uno de los párrafos del artículo periodístico “Apostemos por nosotros mismos”, con el cual arrancó Roberto Gil la campaña que perdió contra Gustavo Madero por la presidencia del PAN.
Lo curioso es que ayer Madero firmó un texto (Acción Nacional: Responsabilidad con México) que le da la razón: el PAN es un partido de oposición natural. Faltan cinco meses para que entregue el poder al PRI y ya está ofreciendo “reflejos antipriistas”.

El documento exige impulsar “cambios que reafirmen la primacía de la representación democrática sobre poderes fácticos en cualquiera de sus expresiones”. Es, cuando menos, penoso, que este reclamo proceda del partido que gobierna el país desde hace 12 años.

¿Qué hizo durante todo ese tiempo? Según el texto de Madero, desesperarse por regresar a la oposición: lo que conmina ahora bien pudo desarrollarlo desde el gobierno que, por cierto, aún debe ejercer y entregar en orden.

Pero Madero pasan por alto la permanencia de su partido en Los Pinos: “Debemos cambiar estructuralmente la forma en la que interactúan la política y los medios de comunicación, garantizar la equidad en las contiendas y la libertad del voto”.

Más que errático, el PAN parece destinado a ser errante tras sus 12 años de gobierno, lapso en el cual se produjeron, paradójicamente, sus peores resultados electorales, al extremo de que acabó aliándose con la izquierda para poder ganar gubernaturas.

En las intermedias de 2009, registró su mayor debacle en 20 años: perdió los estados de Querétaro y San Luis Potosí, así como ciudades-bastión como Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Toluca y Cuernavaca.

Salvó la honrilla aliándose al PRD y ganando Oaxaca, con el obradorista Gabino Cué; Puebla con el gordillista Rafael Moreno Valle; Sinaloa con el beltronista Malova y Guerrero con el ebrardista Ángel Heladio Aguirre.

El 1 de julio, ya sin el PRD, registró, de acuerdo con Madero, “una derrota mayúscula”, perdiendo la presidencia, las gubernaturas de Jalisco y Morelos y pasó de ser la segunda fuerza política nacional a la tercera.

Como solución al desastre, Max Cortazar, ex vocero de Calderón y ahora diputado electo, cree que el PAN debe seguir siendo “un partido de derecha, pero moderna”. Sin embargo, más bien el PAN tendría primero que entender qué es la derecha a secas.

Saber que la derecha propugna la derecha la libertad con orden, la compasión, el mercado, la competencia, la eficiencia, la propiedad y el emprendimiento.

Por ahí tendría que empezar el PAN: por definirse.

Rubén Cortés
Publicado el Lunes 16 de Julio de 2012
EL ARSENAL


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