sábado, 6 de octubre de 2012

Ciclovías de la ciudad, viven deterioro y negligencia

 En un recorrido, Excélsior comprobó que existen decenas de obstáculos que vuelven peligroso el trayecto a los ciclistas

 

 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de octubre.- Tener acceso al servicio de Ecobicis que se ofrece en la Ciudad de México y circular por la ciclovías que se instalaron sobre avenidas, como Paseo de la Reforma, no significa que como usuario se pueda circular libremente rumbo a su escuela o centro de trabajo, ya que de acuerdo con un recorrido realizado por Excélsior se encontraron una decena de obstáculos que vuelven peligroso el trayecto.

El pasado 12 de septiembre el sistema Ecobici implementó su Fase II con un total de mil 180 bicicletas para las colonias Anzures, Polanco, Granada, Ampliación Granada, Bosque de Chapultepec, Juárez, Roma Norte, Doctores y Centro Histórico, que sumadas a las de la Fase I superan las dos mil 600 unidades. Sin embargo, el sistema de ciclovías no se amplió y el existente padece deterioros y la negligencia de autoridades, automovilistas y peatones.

Por ejemplo, si se sale del área de Polanco utilizando la ciclovía que rodea Gandhi hasta su cruce con Reforma, los bicicletistas deben no sólo sortear las obras que actualmente invaden algunas zonas de la pista, sino además a los comensales de un puesto de tacos que se instala todas las mañanas a espaldas del Museo Nacional de Antropología, sin mencionar los autos estacionados que en ocasiones dejan en batería.

Al llegar a Reforma, a la altura del Museo de Arte Moderno, el tránsito en bicicleta enfrenta otro peligro al no existir rutas seguras que conecten con la ciclovía que recorre la avenida y concluye frente a la Estela de Luz. Simplemente el cruzar por las incorporaciones a Circuito Interior, en ambos sentidos, representa una verdadera ruleta rusa, ya que la curva y la pendiente convierten en un punto ciego a los vehículos, que en un mal cálculo pueden arrollar a los ciclistas.

Si bien puede ser un alivio finalmente llegar a la ciclovía confinada de Paseo de la Reforma, los obstáculos se multiplican de forma exponencial, empezando por el tráfico pesado en calles como Lieja, Sevilla, o Praga, de la colonia Juárez, que invariablemente ocasiona que los automovilistas y decenas de peatones invadan el área que claramente está señalada para uso exclusivo de ciclistas.

El uso de bicicletas es uno de los proyectos que más ha promovido el gobierno capitalino, sin embargo, el programa se ve afectado por la falta de regulación de los funcionarios locales ante obras que afectan el tránsito peatonal sobre la avenida. Un caso claro se da con el edificio llamado Capital Reforma, en el cruce de Reforma y Niza, cuyos trabajos cancelan completamente las aceras y los peatones y trabajadores deben caminar justamente sobre el carril confinado de la ciclovía.

Esto obliga a todos los ciclistas a circular por la lateral, en medio de los autos, porque el número de peatones es tan numeroso que resulta complicado irlos evadiendo, pues caminan en ambos sentidos.

Caso similar ocurre con otros servidores públicos que conducen patrullas, ambulancias o los vehículos del Operativo Parquímetros, que utilizan como bahías de estacionamiento la ciclovía y obstruyen el tránsito. Durante el recorrido realizado por Excélsior se pudo documento el vehículo con placas 56-14-CH, adscrito a la Secretaría de Desarrollo Urbano (Seduvi), que estaba estacionado sobre la ciclovía en el cruce de Reforma y Estocolmo. Su conductor movió la unidad después de percatarse que se realizaba el registro fotográfico.

Pero el problema se repite con los conductores de autos particulares. Durante el recorrido también se registró el vehículo Bora, placas 377 XUJ, que invadió el carril confinado y simplemente encendió sus luces intermitentes con la intención de no ser infraccionado.

Las camionetas que reparten productos en los hoteles y comercios de la zona, las de valores, así como las pipas de gas, son obstáculos recurrentes en el tránsito diario de los ciclistas.

También hay un grupo de taxistas, a la altura de la glorieta de Cuauhtémoc, que de igual forma invaden el tránsito de bicicletas al hacer base sobre las franjas verdes, sin que ninguna autoridad los multe.

Y al final de la ciclovía, en el cruce de las avenidas Juárez y Balderas, el problema se incrementa, ya que no existe carriles confinados y el tráfico se vuelve pesado prácticamente todo el día en las banquetas y edificios aledaños, por las obras de remodelación en la Alameda central.

La conectividad, clave de la ecomovilidad

Ser un “pueblo bicicletero” antes era despectivo, ahora las grandes ciudades quieren ser “bicicleteras” y algunas ya muestran voluntad política y financiera para reconvertirse.

Por ejemplo, Holanda es el país con la mayor concentración de bicis, es un sistema de transporte y una manera de vivir, a pesar de ser un lugar con alto nivel económico.

En París eliminaron siete mil estacionamientos para darle paso a la bicicleta e instalar vías con separaciones seguras para los usuarios.

En Copenhague, una de cada tres personas usa la bici para sus actividades diarias a pesar del frío, y de cada cien, 38 la usa. En el DF a penas se llega a 1.5.

El reto danés para 2015 es que sean 50 de cada 100 los usuarios, por eso construyen “autopistas para bicis”, mientras que en el DF se hacen más vialidades para automóviles.

El colombiano Guillermo Peñalosa, director de la asociación 8-80 Cities, señala que en una urbe como el Distrito Federal lo que se tiene que hacer es adaptar y mejorar, pero no copiar, pues la clave de la ecomovilidad es la conectividad.

Y es que no hay ni una ciudad con más de un millón de habitantes que haya solucionado el problema de movilidad con base en el uso y fomento del vehículo. “Hay que crear barreras de protección, espacios peatonales y para ciclistas. Esto no es un problema financiero ni técnico, es político y debemos participar los ciudadanos, crear comunidades amigables y no sólo plazas comerciales.

“Hay que completar las calles, poner cruces seguros, banquetas con las dimensiones adecuadas. Los accidentes en intersecciones en vías primarias se pueden reducir 56 por ciento si hay islas en medio.

Hay que hacer biciestacionamientos, sacar a los coches de las banquetas, es un insulto, porque son de la gente”, comentó.

Durante una visita a México, comentó que el tema financiero no debe ser impedimento para que en el DF los ciclistas se muevan con seguridad, porque entidades más pobres que el territorio mexicano lo han logrado.

“Las ciclorrutas deben ser seguras y en una red separadas de los automóviles. Pintar líneas en el pavimento no sirve porque los autos no las respetan. Si no hay recursos ni decisión política que sean obras de separación temporales con bolardos o maceteros que duren tres años. Hay que construir comunidades para todos y dejar de pensar que todos los ciudadanos tienen 30 años de edad y son atléticos”, comentó.

Dijo que la red ciclista construida por el Gobierno capitalino se limita a la zona centro, por lo que sugirió extenderla y comunicar a otras delegaciones con infraestructura similar a la ya existente.

“La ciclovía y los paseos ciclistas de los domingos son un buen inicio, lo único que falta es hacerlo más eficiente. En el DF está demasiado centralizado, en las zonas de estratos altos y medio alto. Hay que llevarla a toda la ciudad, especialmente a los estratos más bajos”, dijo.

“Andar en bicicleta no es un chiste ni una frivolidad, debe convertirse en un derecho”, concluyó.

Edgar Alejandro Hernández
2012-10-06 09:28:00
EXCELSIOR

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