sábado, 22 de septiembre de 2012

Silencio en Laguna Verde

La alerta entró en el celular a las 12:22 de la mañana. Decía que la Central Nuclear de Laguna Verde, ubicada en el municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, en Veracruz dejó de funcionar “por fallas” en el sistema de enfriamiento.

 
“Los motores que enfrían los reactores se quemaron hace como cinco días, y apagaron toda la planta. Lo mantienen en reserva para evitar alarmas”, dijo una fuente confiable.
 
El tema nos pareció delicado. Los nombres de Fukushima, Chernobyl, Three Mile Island, se nos vinieron a la cabeza.
 
Nos dimos a la tarea de averiguar qué pasaba. Buscamos a Estéfano Conde, gerente de Comunicación Social de la CFE. Nos confirmó que la planta efectivamente no está funcionando. “Es parte del mantenimiento”, aseguró el hombre.
 
En una primera llamada nos explicó que los protocolos en Laguna Verde son rigurosísimos. Si en el proceso de operación alguno de estos protocolos se modifica o se sale de rango, la marcha de la planta se detiene. “Pero te puedo asegurar que está en optimas condiciones”, nos dijo.
 
En una segunda llamada, después de ponerse en contacto con los responsables de la planta en Veracruz, Estéfano precisó la información. “Es una recarga del reactor. Se hace cada 18 meses. Mientras se hace esa recarga de uranio, pues no se puede operar”.
 
La planta no tiene cinco días parada. Hace veinte que no opera. Aún permanecerá sin funcionar otros diez días. “Pero no hay ningún problema. Cero riesgos”, aseguró el vocero.
 
Laguna Verde opera desde inicios de la década de los 90. Tiene su historial oscuro, según los ambientalistas.
 
Cuenta con dos reactores nucleares y una capacidad instalada de 1820 MW (todo el país tiene 54 mil MW).
 
Mientras se mantiene fuera de operación, la electricidad que dejó de generarse es compensada por hidroeléctricas y otras plantas no nucleares de la CFE.
 
El que anda movidísimo es Roberto Campa. No para de entrevistarse con personalidades vinculadas con los temas de justicia o seguridad. El ex candidato presidencial del Panal, integrante del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, se reunió ayer con el juez Baltasar Garzón en el hotel Four Seasons. Lo que se dijeron quedó entre ellos. Las antenas de los comensales cercanos no alcanzaron a captar el tema de conversación. Lo que sí llamó la atención es que la seguridad estaba a tope.
 
En el seno de la izquierda no paran de debatir sobre el futuro de los partidos de la coalición Movimiento Progresista, ahora que Andrés Manuel López Obrador los dejó huérfanos. El tema lo abordamos con Manuel Camacho Solís en la charla informal que tuvimos con él en el Senado de la República.
 
–¿Percibe riesgos de división; que Morena le pudiera robar cuadros al PRD en caso de transformarse en un partido político?, le preguntamos al experimentado político.
 
“Sí, pero mucho menos de lo que parece. Los tiempos para el registro son muy largos, dos años. El primer momento donde puede haber el choque es en las elecciones de 2015. Creo que desde ahora seguimos una ruta donde se vea que vamos por una estrategia no suicida.
 
“No vamos a tener dos candidatos. Vamos por una ruta de construcción de unidad y de relanzamiento de las fuerzas políticas. Es un momento en el que, o vas a la marginalidad, que es un riesgo para la izquierda, o te conviertes en la principal oposición.
 
“Creo que el PAN va a ser difícil que se convierta en la principal oposición en estos seis años. Está abierto el espacio para la izquierda “, puntualizo el senador de esa ideología.
 
Enrique Peña Nieto está con un ojo en su gira por América del Sur y con el otro en las negociaciones sobre la controvertida reforma laboral del Ejecutivo que logró juntar, en contra, a los líderes charros con los autollamados sindicalistas independientes.
 
Al presentarse ayer en el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas, en la ciudad de Santiago, volvió a fijar postura sobre el tema. Reconoció que México requiere de una mayor flexibilidad en los mercados laborales que facilite la contratación de trabajadores, pero sin abandonar sus conquistas laborales.
 
Moraleja de la semana (cortesía de Otto von Bismarck, político alemán): Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen.
 
Francisco Garfias
2012-09-22 00:00:00
EXCELSIOR

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