Luis Alfonso, José Regino y Simón González Villarreal fueron condenados en Malasia a morir en la horca por tráfico de drogas, la defensa prevé apelar de inmediato.
Los tres hermanos González Villarreal.
Los mexicanos Luis Alfonso, José Regino y Simón González Villarreal fueron condenados en Malasia a morir en la horca por tráfico de drogas, informó un diario malayo.
El veredicto final fue emitido por el juez Mohamad Zawawi Salleh en el Alto Tribunal de Kuala Lumpur, luego de un proceso judicial que inició tras su arresto en 2008.
Junto con los mexicanos, fueron condenados también a la horca un ciudadano de Singapur y otro de Malasia.
Los tres mexicanos fueron arrestados en marzo de 2008 en un almacén situado en la ciudad malaya de Johor Baru, cerca de Singapur, donde se encontraron sustancias para la elaboración de drogas químicas y 29 kilogramos de metanfetaminas.
La defensa de los hermanos González Villarreal arguyó que se cometieron faltas inconstitucionales durante el proceso judicial, pero el argumento fue desechado por el magistrado.
Kitson Foong, abogado defensor de los mexicanos, confiaba en la posibilidad de que la corte declarara inconstitucional parte del proceso a causa de las irregularidades denunciadas, lo que habría llevado una revisión total del caso desde el principio.
Según información del corresponsal de Milenio, Víctor Hugo Michel, el abogado defensor prevé apelar el fallo de inmediato.
El juicio se llevó a cabo en el juzgado cuarto de lo penal en Jalan Duta, donde antes de comenzar, Foong comentó al corresponsal que esperaban un milagro.
De hecho, según información del mismo periodista, publicada en su cuenta de Twitter, los hermanos González Villarreal llegaron al juicio con todas sus pertenencias, pues, en caso de ser liberados, serían deportados inmediatamente.
Alrededor de las 8:54 de la mañana, hora local, los acusados ingresaron al juzgado. La cita para comenzar a leer el veredicto del juez era a las 9:00 AM, pero el juez Zawawi comenzó con poco más de media hora de retraso.
La lectura del veredicto llevó poco más de media hora; el juez empezó explicando la definición del delito de tráfico de drogas, para después señalar que la fiscalía no había podido probar ese delito y que, aunque no se cumplía con la definición de tráfico de drogas, “hay evidencias circunstanciales fuertes que apuntan a que pudieron estar manufacturando drogas“.
El juez argumentó que a los tres mexicanos se les había encontrado dentro de la fábrica de anfetaminas, y no fuera, y que, aunque no hubo posesión de estupefacientes cuando los detuvieron, sí se encontraron rastros de metanfetaminas en la ropa que usaban al momento de la detención, además que no se sostenía el argumento de que se dedicaban únicamente a limpiar el lugar.
Después de poco más de media hora de leer el sustento de su veredicto, el juez Zawawi declaró que los tres mexicanos eran culpables por lo que se les sentenció a morir en la horca.
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