viernes, 11 de mayo de 2012

Paul McCartney revienta el Zócalo

El músico británico ofreció un concierto histórico en el Centro capitalino poniendo en una sola voz a al público presente por casi tres horas.

México • El Zócalo capitalino en sus últimos años ha sido un escenario de divisiones, quienes van o no al grito de Independencia y de quienes apoyan el mitin de un político y quienes no, quienes protestan y quienes no. Paul McCartney cambió la realidad a la plaza principal de México y la reunió en un lugar de unión, donde las más de 100 mil personas ahí reunidas entonaron en una sola voz himnos de amor, alegría, amistad respeto y paz.

McCartney apareció en el escenario en punto de las 21:04 minutos, después de mostrarse en las pantallas verticales que enmarcaban el escenario un collage con las imágenes de su vida. Con saco rojo, camisa rosa con cuello blanco y pantalón negro, el músico levantó el puño en señal de victoria y de inmediato dio la primera sorpresa de la noche abriendo la velada con “Hello Goodbye”, haciendo que el concierto de la plancha del Zócalo fuera distinto al de Guadalajara, al del Estadio Azteca y al de muchas otras parte que ha visitado el británico.

Un impresionante juego de luces y una pared de sonido inquebrantable fueron el regalo de McCartney en el mágico momento.

Después de este tema el Sir se apegó a la lista de canciones que han protagonizado la gira On The Run. Paul demostró el potencial de su guitarra y antes de desatar la locura con “All my lovin’” le dio su lugar a las madres mexicanas en su día.

“Buenas noches México. Hola DF. Estoy muy contento de estar aquí en el Día de las Madres”, fueron las primeras palabras del ex Beatle a los miles de mexicanos reunidos en la plancha central.
Paul lucía visiblemente de buenas, jugó con su audiencia, incluso puso los acordes para que los mexicanos le cantaran el ya tradicional “olé, olé, olé, Sir Paul, Sir Paul”.

Aunque las frases fueron las mismas que en el Estadio Azteca, el carisma de McCartney lo convirtió en un momento nuevo y emocionante. “Muchas gracias. Voy a tratar de hablar un poco de español y un poquito de inglés”, leyó con gracia, para después interpretar “Jet” y continuar con el discurso: “Muchas gracias chilangos. Es muy cool, muy especial, lo que está pasando aquí, me quiero dar un espacio para disfrutarlo”.

Entonces, el músico de 69 años, se cruzó de brazos y con la actitud de un niño de 10, miró con complicidad a sus fanáticos.

Siguieron “Drive my car” y “Sing the changes” para sorprender con otras palabras en español: “Es muy emocionante estar juntos en este concierto gratuito en el Zócalo”, dijo McCartney, haciendo que las muchas horas de espera de aquellos más cercanos al escenario valiera la pena.

Una de las guitarras de Paul, con más de 40 años con él, fue la protagonista del “Paperback writer”. Llegó el turno del piano con la melodía “The Long and winding road”, y entonces la plaza del Zócalo se convirtió en un cielo muy estrellado gracias a los encendedores de los más adultos y las luces multicolores de las nuevas generaciones que se han sumado a la lista de fans de McCartney.

“Ésta va para los fans de los Wings” fue la introducción para “Nineteen Hundred and Eighty-Five”, uno de los temas emblemáticos de Sir Paul, que lo ha convertido en en parte de la leyenda británica.
Uno de los clásicos del concierto comenzó con “My Valentine”: “Esta canción es para mi preciosa mujer Nancy”, compartió Paul a su audiencia y los invitó a ver los videos que estelarizaban Natalie Portman y Johnny Depp en las pantallas. La dedicatoria a su otro amor, Linda, vino de inmediato y “Maybe I’m Amazed”, llevó al romanticismo hasta su punto más alto. Mientras tanto, en el área de la consola, Nancy su actual esposa, emocionada, entró a escena.

“Esta rola es especialmente para las mamacitas”, dijo el músico en un claro español, para inciar “Hope of Deliverance” y el primer coro masivo con “And I Love her” y “Blackbird”.
En esat ocasión Mccartney sí cantó con mariachi “Ob-La-Di, Ob-La-Da” y hasta el cierre de la edición le restaban 26 temas.

MILENIO
 

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