“No es poca cosa que Madero hable de lavado de dinero”, presumía Jesús Zambrano, al final de la conferencia de prensa conjunta que ofreció con el jefe nacional del PAN en el Hotel Marriot de Reforma.
Los dos acababan de anunciar, en esa conferencia, que pedirán cita a la procuradora, Marisela Morales, para tratar el asunto de los recursos de procedencia ilícita, supuestamente utilizados en la campaña de Enrique Peña Nieto.
El presidente del PRD tenía buenas razones para sentirse contento. La petición de invalidez de la elección que hace López Obrador se sustenta, en parte, en esa acusación lanzada el miércoles por el tabasqueño. Y allí estaba el jefe panista para avalarla. Voluntariamente o no, abonaba a la causa del tabasqueño.
El término “lavado de dinero” está asociado, en el imaginario popular, a recursos provenientes del crimen organizado. Un confundido reportero de Reuters, quien apenas pudo preguntar, le pidió precisiones al jefe nacional panista sobre estas acusaciones.
Fue entonces que Madero matizó: “El lavado de dinero no implica que proviene exclusivamente de la delincuencia organizada. Puede ser robo, evasión de impuestos, dinero que se saca de los gobiernos estatales…”
El señalamiento fue calificado de “abierta difamación” por el PRI. Su dirigente, Pedro Joaquín Coldwell no tardó en salir a desmentir a sus pares del PAN y el PRD. Aprovechó para anunciar que interpondrá una denuncia ante la PGR para exigir que se investiguen las acusaciones de Madero y Zambrano
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Una de las principales broncas que enfrenta nuestra mocha democracia es la sistemática falta de confianza en las instituciones que la izquierda obradorista manifiesta. No cree ni en el IFE, ni en el TEPJF.
Gustavo Madero dejó claro ayer que los panistas van a acatar el fallo del TEPJF, sea cual fuere, pero no hubo modo de que Zambrano se pronunciara sobre ese tema, a pesar de la insistencia. Este fue el diálogo que sostuvimos con el presidente del PRD.
– Madero ya dijo que el PAN va a reconocer el fallo del tribunal electoral. ¿Estás en posición de decir lo mismo?—preguntamos a Jesús.
–Estamos encausando toda nuestra lucha por las vías legales correspondientes. Al mismo tiempo exigimos públicamente que el Tribunal Electoral se haga de todos los elementos que requiere para hacer una verdadera calificación-respondió.
– ¿Tienes confianza en las instituciones?– Insistimos.
– Queremos tener confianza en las instituciones—evadió.
–¿Queremos? ¿Quiere decir que no la tienen?
– Las instituciones deben acreditar que son merecedoras de la confianza ciudadana, y de la confianza de los partidos políticos, como parte de las instituciones de la República.
– No contestaste—reprochamos.
– No conteste lo que tú quieres que te conteste- cortó.
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Nos llamó el senador Rubén Camarillo. Quería hacer “precisiones” a la versión de la charla que sostuvo con Manuel Espino, la víspera, en ese comedero de grillos que es el restaurante The Palm. Ayer escribimos que en una parte de la charla, el ex jefe nacional del PAN nos dijo que su interlocutor comparó las formas ser de los dos últimos presidentes de origen azul. “Fox es manejable, este es un cabrón”, habría dicho.
Camarillo admite que si hablaron de Fox y de Calderón. Si le dijo a Espino que a el le había tocado Vicente en la presidencia y Felipe a Madero. También le dijo que son diferentes. Pero jura no utilizó el término manejable para calificar a Fox. “Ese calificativo no está en mi vocabulario”, aseveró. ¿Pero si utilizaste la palabra “cabrón”? insistimos. No respondió. Se fue por otro lado.
“La plática fue accidental. Llegó Manuel. Me levanté. El también. Nos vimos a mitad del pasillo. Dos minutos. Le dije que comparto algunos de sus puntos de vista, pero no sus métodos. Tampoco estoy de a acuerdo en que los panistas somos corruptos y agachados. Le dije que hay que dar la pelea desde adentro. Él me comentó ¿Por qué no lo declaraste? También me dijo que andamos buscando pretextos para justificar resultados.
“A Manuel lo estimo. Jamás lo voy negar. Pero no entiendo que haya contado su versión de una charla que tuvimos en los pasillos de un restaurante, y menos a un periodista. Está fuera de lugar”, aseguró.
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Los días 5 y 6 de agosto próximo se reúnen integrantes de los grupos parlamentarios del PAN en la próxima legislatura. Voces al interior de ese partido nos aseguran que en el encuentro podrían definirse los nombres de los coordinadores en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Las cábalas ubican al calderonista Ernesto Cordero, ex aspirante a la candidatura presidencial del PAN como favorito para encabezar la fracción azul en la Cámara Alta. Solo tiene un competidor visible: el coahuilense Héctor Larios, otrora jefe de los diputados azules. Roberto Gil, coordinador general de la campaña de Josefina, ya se autodescartó.
En San Lázaro hay más tiradores. Tres senadores que dan el brinco a San Lázaro están en línea para coordinar a los diputados: el propio Rubén Camarillo, Luís Alberto Villarreal y José González Morfín.
Fin.
Publicado el Viernes 20 de Julio de 2012
Francisco Garfias
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