Francisco Labastida pasó a la historia como el 'hombrecito' (apodo
que debe a su contrario, Vicente Fox) que entregó el poder al PAN
después de 70 años sin siquiera llorar como el árabe aquel de Valencia.
El senador Labastida es uno de los héroes epónimos del PRI
Francisco Labastida está convertido en el líder de la llamada
“rebelión priísta” contra todo lo que tenga el sello de Humberto
Moreira, identificado, con o sin razón, con Enrique Peña Nieto.
Primero se opuso a la elección abierta (es decir, consultar a la sociedad) del candidato presidencial del PRI, desconociendo u olvidando que fue Manlio Fabio Beltrones, quien primero la postuló públicamente, si bien la propuesta original fue del presidente del PRI en un encuentro anterior con Moreira, Enrique Peña y Emilio Gamboa.
Ahora rechaza las alianzas de su partido con el Verde y el Panal bajo el argumento válido de la entrega por parte del PRI de posiciones importantes en agravio de los priístas, por ejemplo en su tierra, Sinaloa y Chiapas.
En Sinaloa, la familia Labastida ayudó a entregar la gubernatura a la alianza PAN-PRD en detrimento del PRI, y los primeros en agarrar chamba fueron Francisco Labastida Gómez de la Torre, designado coordinador de Proyectos Estratégicos, y Rocío Labastida, directora del Centro de Ciencias del estado. Igual lo hubiesen sido si en la alianza contra el PRI hubieran participado el Panal y el Verde.
El senador Labastida es uno de los héroes epónimos del PRI. Ignoro qué argumentos esgrima hoy, pero pasó a la historia como el “hombrecito” (apodo que debe a su contrario, Vicente Fox) que entregó el poder al PAN después de 70 años sin siquiera llorar como el árabe aquel de Valencia.
Quienes lo siguen y rodean culpan a Ernesto Zedillo de planearlo todo; según esto lo habría seleccionado a sabiendas de que no ofrecería batalla. Como sea, no tuvo la valentía necesaria para negarse a conducir la madre de todas las batallas, pese a saber, bien a bien, que había robado la candidatura a Roberto Madrazo en el proceso interno conducido con la imparcialidad del árbitro, don Fernando Gutiérrez Barrios.
Labastida mostró la pasta de qué estaba hecho al aprobar el promocional de Juan Gabriel (“Ni temo, ni Chente, la la la la la la”) y al salir a la televisión, aconsejado por Esteban Moctezuma, a lloriquear ante millones de mexicanos por los calificativos de “lavestida” y otras primuras, endosados por Fox en el debate.
En Chiapas la rebelión es conducida por la senadora María Elena Orantes. Considera que la gubernatura será de su colega Verde Manuel Velasco a cuyo informe acudió Enrique Peña.
Allá cuando el arribo de Moreira a líder nacional y de Cristina Díaz a la Secretaría General, la senadora chiapaneca se quejaba con quien estuviese dispuesto a escuchar el supuesto “abandono de su jefe”.
Según ella, Manlio Fabio se había comprometido a instalarla en la Secretaría General, pero la noche anterior a la designación no pudo encontrarlo, a pesar de marcar todos los números telefónicos conocidos.
Y todo por la amistad de la senadora con… Elba Esther Gordillo.
Estos son los líderes de la rebelión priísta.
Y qué decir del presidente de la Comisión de Procesos Internos, Pedro Joaquín Coldwell, cuya hermana Addy, para mantener el cacicazgo de Don Nazim en Quintana Roo, el padre de ambos, se postuló a gobernadora por la alianza “Todos somos Quintana Roo”, integrada por Convergencia y el PAN; luego fue diputada panista.
En 2005 y 2006, el coordinador de la campaña de Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones, fue criticado por las candidaturas entregadas al Partido Verde. Joaquín Coldwell, hoy senador, fue uno de los beneficiarios. Y qué decir de la declinación de Bernardo de la Garza, el candidato presidencial del Verde, en favor de Roberto Madrazo y después por Felipe Calderón.
Primero se opuso a la elección abierta (es decir, consultar a la sociedad) del candidato presidencial del PRI, desconociendo u olvidando que fue Manlio Fabio Beltrones, quien primero la postuló públicamente, si bien la propuesta original fue del presidente del PRI en un encuentro anterior con Moreira, Enrique Peña y Emilio Gamboa.
Ahora rechaza las alianzas de su partido con el Verde y el Panal bajo el argumento válido de la entrega por parte del PRI de posiciones importantes en agravio de los priístas, por ejemplo en su tierra, Sinaloa y Chiapas.
En Sinaloa, la familia Labastida ayudó a entregar la gubernatura a la alianza PAN-PRD en detrimento del PRI, y los primeros en agarrar chamba fueron Francisco Labastida Gómez de la Torre, designado coordinador de Proyectos Estratégicos, y Rocío Labastida, directora del Centro de Ciencias del estado. Igual lo hubiesen sido si en la alianza contra el PRI hubieran participado el Panal y el Verde.
El senador Labastida es uno de los héroes epónimos del PRI. Ignoro qué argumentos esgrima hoy, pero pasó a la historia como el “hombrecito” (apodo que debe a su contrario, Vicente Fox) que entregó el poder al PAN después de 70 años sin siquiera llorar como el árabe aquel de Valencia.
Quienes lo siguen y rodean culpan a Ernesto Zedillo de planearlo todo; según esto lo habría seleccionado a sabiendas de que no ofrecería batalla. Como sea, no tuvo la valentía necesaria para negarse a conducir la madre de todas las batallas, pese a saber, bien a bien, que había robado la candidatura a Roberto Madrazo en el proceso interno conducido con la imparcialidad del árbitro, don Fernando Gutiérrez Barrios.
Labastida mostró la pasta de qué estaba hecho al aprobar el promocional de Juan Gabriel (“Ni temo, ni Chente, la la la la la la”) y al salir a la televisión, aconsejado por Esteban Moctezuma, a lloriquear ante millones de mexicanos por los calificativos de “lavestida” y otras primuras, endosados por Fox en el debate.
En Chiapas la rebelión es conducida por la senadora María Elena Orantes. Considera que la gubernatura será de su colega Verde Manuel Velasco a cuyo informe acudió Enrique Peña.
Allá cuando el arribo de Moreira a líder nacional y de Cristina Díaz a la Secretaría General, la senadora chiapaneca se quejaba con quien estuviese dispuesto a escuchar el supuesto “abandono de su jefe”.
Según ella, Manlio Fabio se había comprometido a instalarla en la Secretaría General, pero la noche anterior a la designación no pudo encontrarlo, a pesar de marcar todos los números telefónicos conocidos.
Y todo por la amistad de la senadora con… Elba Esther Gordillo.
Estos son los líderes de la rebelión priísta.
Y qué decir del presidente de la Comisión de Procesos Internos, Pedro Joaquín Coldwell, cuya hermana Addy, para mantener el cacicazgo de Don Nazim en Quintana Roo, el padre de ambos, se postuló a gobernadora por la alianza “Todos somos Quintana Roo”, integrada por Convergencia y el PAN; luego fue diputada panista.
En 2005 y 2006, el coordinador de la campaña de Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones, fue criticado por las candidaturas entregadas al Partido Verde. Joaquín Coldwell, hoy senador, fue uno de los beneficiarios. Y qué decir de la declinación de Bernardo de la Garza, el candidato presidencial del Verde, en favor de Roberto Madrazo y después por Felipe Calderón.
Autor: Juan Ramón Bustillos
REVISTA IMPACTO: http://impacto.mx/Sucesi%C3%B3n%20Presidencial/nota-23965/La_sucesion_presidencial_para_principiantes
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