No hace mucho conversamos con un integrante del war room de Josefina Vázquez Mota. Contrastábamos el carácter conciliador la candidata del azul con los de Vicente Fox y Felipe Calderón. Nuestro interlocutor calificó como “gladiadores” a los dos panistas que han ocupado la presidencia de la República.
Viene a cuento porque no está en la naturaleza de Josefina hacer declaraciones rijosas. No es su estilo, no le queda. Pero en el equipo de campaña de la candidata del PAN se aferran a presentarla como lo que no es.
El domingo difundieron un audio en el que, de viva voz, acusa a los priístas de “pactar” con el crimen organizado “siendo parte de ellos”, y de “traicionar” a los mexicanos. Una grave generalización que únicamente apoya en la investigación que los gringos hacen de Javier Villarreal, ex secretario ejecutivo del SATEC en Coahuila y hombre de confianza de Humberto Moreira, por lavado de dinero.
¿Será ese el tono que llevará la panista al primer debate entre los candidatos presidenciales el próximo 6 de mayo en el WTC?
Preguntamos en la casa de campaña los motivos del virulento mensaje en voz de Josefina. Nos dirigimos a los mismos que nos dijeron que ella se iba a enfocar en la propuesta y que el partido haría la guerra sucia. “Pero si sólo le subió dos rayitas”, protestaron entre risas.
A propósito. Una de las propuestas centrales que Josefina hizo al arranque de su campaña es la de formar un “gobierno de coalición”. Por lo visto fue archivada en un cajón por las necesidades de la campaña.
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La invitación de Andrés Manuel López Obrador a Cuauhtémoc Cárdenas para que dirija Pemex, la empresa que nacionalizó su padre, parece más una maniobra mediática que la confirmación de un auténtico acercamiento entre los otrora tlatoanis del PRD.
El candidato presidencial del Movimiento Progresista admitió públicamente que no habló previamente del tema con el fundador del amarillo. En otras palabras, le soltó así nomás la propuesta, sin consultarlo antes, como debe de ser. Cuauhtémoc, obligado por la prudencia, no tuvo más remedio que declarar que lo va a evaluar.
El domingo escuchamos a Cárdenas en el Monumento a la Revolución. A diferencia del resto de los oradores, hablaron cinco en total, no hizo una sola mención del tabasqueño. Ni siquiera cuando invitó a los asistentes a celebrar el triunfo de Miguel Mancera, la “nochecita” del primero de julio.
¿Será que da por muerto al abanderado presidencial del Movimiento Progresista?
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Nos asomamos al nutrido mitin de arranque de Miguel Mancera. De entrada nos llamó la atención pluralidad del templete. De Jesús Ortega a Dolores Padierna, pasando por el ingeniero Cárdenas, Marcelo Ebrard, Jesús Zambrano, Pablo Gómez, Alejandro Encinas, Porfirio Muñoz Ledo. Allí andaba lo más granado de las “tribus” de izquierda. Solo faltó El Peje. Andaba de gira en Oaxaca.
La cara del candidato a la jefatura de gobierno del DF irradiaba alegría, confianza, seguridad. Dos frases de su discurso, que se nos quedaron en la cabeza, reflejan sus prioridades: “Sin seguridad no hay gobernabilidad”, y “Lo importante es el transporte de personas, no de vehículos”.
El candidato de la izquierda a la jefatura de Gobierno del DF llegó ronco al templete. Nos comentó que durante su recorrido de Reforma al Monumento a la Revolución, en el que empleo más de media hora, notó algo inusual. Las expresiones de apoyo de la gente que le extendía la mano detrás de las vallas fueron muchas más que las peticiones que le hicieron. Eso lo sorprendió.
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Morelos es uno de los estados donde se perfila la derrota del partido que gobierna la entidad. Adrián Rivera, candidato a suceder a su correligionario Marco Adame, está en tercer lugar de las preferencias electorales. La encuesta de abril de Consulta Mitofsky coloca al panista con solo el 20.1 por ciento en la intención de voto.
Rivera le disputa el segundo lugar al abanderado del Movimiento Progresista, Graco Ramírez Abreu, quien, según la encuestadora, recoge el 20.4 por ciento.
Lo sorprendentes que el descafeinado candidato del PRI, Amado Orihuela Trejo, los aventaja por 14 puntos, a pesar del aquelarre interno que armó el otrora alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, cuando se enteró que lo hicieron a un lado. ¿Tan cansados estarán los morelenses de las administraciones azules? Es pregunta.
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Manlio Fabio Beltrones presume un Senado “moderno”. ¿Hablará del elefante feo y mal hecho que construyeron en Reforma?
Fin
Publicado el Martes 1 de Mayo de 2012
El ARSENAL.NET
Francisco Garfias.
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