Una nueva generación de comerciantes en el Centro Histórico deja la venta ilegal para traer productos de China, y también pagan impuestos
Foto Cuartooscuro
Miguel tenía un puesto de cierres en la calle Miguel Alemán, en la zona norte del centro. Con el paso de los años, comenzó a surtir directamente a locales mayoristas.
Luego contactó con empresarios chinos, quienes le propusieron importar el producto desde China a bajo costo.
Ahora Miguel importa todo tipo de materia prima, e incluso ropa maquilada, con la que surte a varios locales en Mixcalco.
Las importaciones de China hacia México rebasaban los 21 mil millones de dólares anuales. De ellos, 12 mil millones corresponde a productos electrónicos, y mil 320 a la industria textil.
Un porcentaje importante de esas mercancías se distribuye en el mayor mercado minorista de México: las plazas comerciales, plazas de electrónica, plazas textiles, distribuidas en Eje Central, República de El Salvador, Uruguay, 20 de Noviembre, Pino Suárez, Apartado, El Carmen y Tepito.
José Luis es uno de los que han contribuido a ese mercado, y pasó de tener puestos de ropa en Tepito a montar un local de mercancía con la leyenda “todo de a 10 pesos”.
Aprendió a importar contenedores a través de agencias aduanales. Una vez al mes viaja a China, a las provincias de Zhejiang.
José Luis visita maquiladoras, contacta empresarios y cierra tratos para importar a México, por la vía legal, contenedores con “productos de temporada”: paraguas, bisutería, adornos navideños, anteojos, ropa, muñecos de peluche, zapatos, etcétera.
Su negocio creció tanto que pudo adquirir un pasaje comercial en Gante para remodelarlo y un edificio en Madero, donde actualmente tiene locales en renta.
“Son los hijos de mis compañeros que no quieren estar en la calle, que no les interesa enfrentarse con la policía, no están dispuestos a ‘torear’ como lo hicimos sus padres y yo. Resultaron más inteligentes”, destacó una de las dirigentes históricas del comercio informal del Centro de la Ciudad.
Se trata de una generación de comerciantes de entre 25 y 35 años que aprendieron a hablar inglés, que negocian con importadoras para transportar contenedores, vía marítima desde China a Manzanillo y de ahí las mercancías llegan a la capital.
Pagan impuestos, son asesorados por contadores, realizan contratos de renta de locales, y de “islas” en plazas.
Saben que la competencia con los coreanos, de quienes aprendieron parte del negocio, puede terminar en enfrentamientos.
Jonathan importa contenedores desde China para vender la mercancía en plazas comerciales de la zona de República de El Salvador.
Una pieza de un teléfono celular cuesta la cuarta parte en uno de los locales que administra Jonathan, que en un centro de distribución autorizado de alguna compañía telefónica.
Este fenómeno, aseguró el ex jefe delegacional en Cuauhtémoc, Agustín Torres, data de hace al menos dos décadas, cuando había un grupo de comerciantes que importaban muñecos de peluche desde Corea.
“Llenaban edificios enteros de departamentos transformados en bodegas, con peluches que eran importados legalmente y en donde se surtían todos los vendedores de esos muñecos en Colombia, Girón, Aztecas, Apartado”, explicó.
Dirigentes de vendedores aseguran que ese nicho de mercado fue explotado por Alejandra Barrios hace años y que incluso ella creó una empresa importadora.
A inicios de los 90, las calles del Centro Histórico eran campo de batalla entre autoridades y comerciantes. En 1993, 1997 y 2007 hubo reordenamientos del comercio informal en el Centro Histórico.
Esta nueva generación ya no se juega la vida en las calles, ya no pagan cuota a un dirigente, y ante todo, no quieren enfrentarse con la policía, como hicieron los comerciantes callejeros de Alejandra Barrios el pasado 11 de julio.
Ordenamiento con violencia
El primer reordenamiento del comercio en la vía pública en el Centro ocurrió en 1993, cuando la Regencia entregó a los ambulantes varias plazas comerciales.
Hacia 1997, los enfrentamientos entre los vendedores y cuerpos policiacos degeneraban en batallas campales.
Hubo otro programa de ordenamiento en plazas ese año, sin embargo, fue hasta 2002, cuando inició la reconstrucción de calles en el Centro Histórico, que las calles comenzaron, paulatinamente, a ser desocupadas.
Los fenómenos del “toreo” y el “desdoblamiento” de los vendedores alcanzaron su apogeo, por la necesidad que tenían los comerciantes de ofrecer sus mercancías.
En octubre de 2007 ocurrió el último gran reordenamiento de vendedores en plazas y predios que les fueron entregados por el Gobierno del DF, sin embargo, el “toreo” no ha desaparecido.
Los enfrentamientos eran esporádicos, y el más reciente ocurrió el pasado 12 de junio, en Eje Central, cuando Graciela Coronel, hija de Alejandra Barrios y 22 personas más, fueron detenidos y acusados de sabotaje.
Vigilarán la gestión
El jefe delegacional electo en Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, informó que desde el inicio de su gestión se creará un Comité Delegacional de Buen Gobierno, que vigilará las actividades y acciones de la administración.
Fernández destacó que el Comité estaría conformado por empresarios, vecinos e incluso por ex contendientes del PRI y del PAN por la jefatura delegacional.
“Sería una Comisión Delegacional de Buen Gobierno, que estaría conformada no por perredistas, sino por unas 30 personas, empresarios, vecinos, medios de comunicación e incluso ex candidatos”, puntualizó Fernández y mencionó en especial al ex candidato del PAN a la Jefatura Delegacional, Sergio Jaime Rochín.
Para Fernández, las tres principales áreas de acción durante el transcurso de este año serán determinar las acciones que se deberán desarrollar en los 18 sectores en que dividió la demarcación.
Añadió que buscará la creación de un fondo con recursos suficientes, para permitir el financiamiento del tránsito de comerciantes callejeros a la legalidad, y utilizar dos mil locales abandonados en mercados públicos.
Kenya Ramírez
EXCELSIOR
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