jueves, 19 de julio de 2012

Recuerdan a artistas judíos alemanes silenciados por nazis

Los Festivales Wagnerianos se utilizaron, desde antes de la llegada al poder de Hitler, como arma para la aversión a los judíos y la exaltación de lo alemán.


Bayreuth, Alemania. La consigna de Cosima Wagner, directora de los Festivales Wagnerianos hasta 1906, era clara: ningún judío debía tener un sitio prominente en el festival que desde 1876 se celebra en la Colina Verde de Bayreuth, en el sur de Alemania.

La viuda de Richard Wagner asumió la dirección de los festivales una vez muerto el músico, en 1883, y los transformó en un gran acontecimiento cultural. Ya en 1888 pudo jactarse de haber conseguido una puesta en escena de Los maestros cantores de Núremberg sin la menor traza de presencia judía.

"En su opinión, los judíos no tenía relación alguna con la obra", señala el historiador Hannes Heer. Heer es uno de los organizadores de la exposición Voces silenciadas. El festival de Bayreuth y los judíos. 1876-1945, que podrá verse en la sede del festival a partir del 22 de julio.

La muestra está centrada en el odio a los judíos y la glorificación del nacionalismo alemán en los Festivales Wagnerianos.

Ambos rasgos culminaron durante el gobierno de Adolf Hitler (1933-1945) en la fusión entre el festival y el Nacionalsocialismo.

Hitler estaba entre los asistentes regulares al festival, se declaraba gran admirador de la obra de Richard Wagner, y tanto él como su entorno eran objeto de múltiples atenciones en Bayreuth.

"No hay ningún atenuante; Bayreuth fue un bastión del Nacionalsocialismo", señaló hoy la alcaldesa de la ciudad alemana, Brigitte Merk-Erbe, durante la presentación a la prensa de la exposición.

La muestra deja ver que el antisemitismo y el nacionalismo alemán tenían ya una larga tradición en los Festivales mucho antes de que Hitler llegara al poder. El festival en honor a Wagner se transformó entonces en un medio de propaganda para la aversión a los judíos y la exaltación de lo alemán.

Interesante es la perspectiva que brindan, por ejemplo, las notas del director de orquesta Karl Muck (1859-1940), quien trabajó en Bayreuth. Según explicó Heer, atestiguan sus intentos de mantener la orquesta libre de músicos judíos. Aunque muchas veces no lo consiguiera, porque no había más que músicos judíos con la competencia suficiente como para ocupar esos puestos.

En estos casos, no tuvo más remedio que "hincar el diente en la ácida manzana judía", según palabras de Muck. También los socialdemócratas le resultaban difíciles de tragar, y temía que la orquesta "se tiñera de rojo".

La muestra es la forma que adopta en Bayreuth la exposición itinerante Voces silenciadas, que se presentó ya en varias casas líricas alemanas. Siempre con acento en la historia local, se centra en los artistas de origen judío a quienes se difamó, marginó y en los peores casos deportó a los campos de concentración nazis, donde fueron asesinados.

Ahora es el turno de Bayreuth, donde los investigadores recuerdan a 53 artistas que a partir de 1933 cayeron víctimas de la máquina de persecución y aniquilamiento de los nazis.

Heer se refirió también a las dificultades que hay para investigar el tema: "Es como poner pie en un nido de víboras", comparó. Y es que, en definitiva, allí se mezcla la historia de la familia Wagner con la historia de Europa en general y la historia de la música. Así, rápidamente se choca con el silencio de los descendientes de Wagner, cuyos miembros están distanciados entre sí. El legado privado de uno de los hijos de Richard Wagner, Siegfried, por ejemplo, no puede consultarse.

Heer elogia de todos modos la actual dirección del festival, a cargo de Katharina Wagner y Eva Wagner-Pasquier, ambas descendientes del célebre compositor. Las dos estuvieron de acuerdo en colocar paneles informativos directamente frente al edificio donde se llevan a cabo las representaciones.

"Un gesto que resulta grandioso", afirman los organizadores. Otra parte de la exposición se encuentra en el nuevo edificio de la alcaldía de Bayreuth, donde se recuerda a partir de biografías y fragmentos sonoros selectos el destino de las grandes figuras de la Ópera alemana de entonces, que por su "origen judío" fueron marginadas o asesinadas.

Dpa
Publicado: 19/07/2012 10:56


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