En el atentado murieron el ministro de Defensa, el viceministro
y un general del ejército.
La muerte del ministro de Defensa sirio, Daoud Rajha,
de su viceministro Assef Shawkat, que también es cuñado del presidente, Bashar
al Asad, y el asistente de la Vicepresidencia general Hassan Turkmani en un
ataque perpetrado en la Oficina de Seguridad Nacional en Damasco es considerado
uno de los golpes más contundentes de la oposición siria contra el
gobierno.
El corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus,
analiza qué repercusiones puede tener este suceso en el conflicto
sirio.El supuesto ataque en Damasco podría significar un momento decisivo simbólico e importante en la lucha para derrocar al régimen del presidente Bashar al Asad.
La afirmación de que una persona fue capaz de realizar semejante atentado contra un objetivo de alta seguridad dice mucho de la habilidad del gobierno para proteger a sus propios miembros y plantea interrogantes sobre la capacidad más amplia del "estado de seguridad" de Siria.
Sin embargo, aún se requiere cautela.
Los detalles del suceso son vagos, contradictorios y se basan en elementos complejos.
¿Por qué, según testigos confiables, el edificio donde la bomba aparentemente estalló, parece estar intacto? ¿Por qué la televisión gubernamental siria se abstuvo de mostrar las habituales imágenes espeluznantes de las víctimas?
Puede que los teóricos de la conspiración hayan tenido un buen día, pero hay un hecho indudable.
La noticia difundida por el gobierno sirio de un ataque rebelde en el mismo corazón del régimen no puede ser interpretada como nada más que un desastre para el presidente Al Asad y sus seguidores.
El mensaje que envía es que si estos hombres no pueden ser protegidos por el aparato de seguridad del estado, ¿entonces quién los puede proteger? En este sentido, el ataque supone una nueva etapa en la lucha por el futuro de Siria.
Diplomacia "lenta"
Ya son cuatro días consecutivos de enfrentamientos entre
rebeldes y soldados en Damasco.
No sorprende, por lo tanto, la advertencia del secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, de que la crisis en Siria corre el riesgo de hacerse incontrolable.
Los militares sirios con su artillería, tanques y poder aéreo, aún conservan una abrumadora preponderancia de capacidad de fuego, cada vez hay más indicios de que su desempeño real en el terreno no es tan impresionante.
Fuentes occidentales indican que el ejército en algunas áreas tiene que trasladar a los soldados en helicóptero ya que las carreteras son demasiado peligrosas.
Ataques con bomba en Siria
- 23 de diciembre de 2011 - 44 muertos en dos atentados simultáneos con coches bomba en Damasco
- 10 de febrero de 2012 - 28 muertos por dos coches bomba suicidas en recintos de seguridad en Aleppo
- 17 de marzo de 2012 - 27 muertos por explosiones en Damasco, cerca de edificios de inteligencia y seguridad
- 10 de mayo de 2012 - Dos atacantes suicidas detonaron sus explosivos frente a la inteligencia militar en Damasco, matando a 55 personas
Los meses de encarnizados combates le han dado un desagradable cariz sectario al conflicto. Los seguidores alauitas de Al Asad no tienen a dónde ir, lo cual hace temer que la violencia sectaria continúe en el país, incluso si se sacara del poder al presidente.
En medio de esta situación, los esfuerzos diplomáticos internacionales parecen estar quedando en el vacío.
Naciones Unidas busca una nueva resolución para tratar de aplicar sanciones prácticas contra el régimen de Al Asad si el presidente no acepta un plan de paz.
Rusia -por razones que tienen tanto que ver con su propio enfoque de los asuntos internacionales y sus preocupaciones sobre la no interferencia de Occidente, como con cualquier afinidad con la familia Asad- se ha opuesto firmemente a dar ese paso, ofreciendo en cambio su propia resolución que extendería el mandato de los monitores de la ONU.
Pero, en ausencia de una tregua, no queda claro cuál sería su papel.
Los acontecimientos en el terreno están conduciendo la crisis. La diplomacia está pugnando por ponerse al día.
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